Mostrando entradas con la etiqueta Desde la séptima fila. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Desde la séptima fila. Mostrar todas las entradas

viernes, septiembre 07, 2012

De repente el último verano


Curioso que precisamente en este largo y cálido verano que aún se resiste a despedirse me reconciliara con ella. Pero es que no podía soportar ver una película, fíjeseustedquetontería, en la que Katherine Herpburn hiciera de mala y Montgomery Clift no saliese guapo… que la belleza está en el interior, todo el mundo lo sabe.


P.D. Para la terapia de esta semana se recomienda escuchar fervientemente a los U.S. Rails y al señor Jim Cuddy y sus camisas y sus Blue Rodeo. Ambos estarán pronto por estos lares y nadie en su sano juicio, mental y musical, debería perdérselos.

miércoles, noviembre 09, 2011

La piel me é forana










William Hurt: No deberías llevar esa ropa.

Kathleen Turner: ¿Por qué? Sólo es una blusa y una falda.

William Hurt: Entonces no deberías llevar ese cuerpo.




[Fuego en el cuerpo]

jueves, noviembre 03, 2011

Único consuelo




- "¡Qué montón de libros!. ¿Son todos diferentes? ".




Sugarpuss O'Shea (Barbara Stanwyck en Bola de Fuego)

lunes, octubre 10, 2011

Usted elige


-"Qué prefiere, ¿muslo o pechuga?"

To Catch a Thief, 1955





[Florence Marly]

lunes, octubre 03, 2011

Progresando adecuadamente




Blanche: -"You wouldn't be able to do these awful things to me if I weren't still in this chair".



Jane: -"But you are, Blanche! You are in that chair!"




Whatever happened to baby Jane?


miércoles, julio 21, 2010





No me gustan los musicales. Es más, odio los musicales. Y hablo con el suficiente conocimiento de causa que me ha dado ver medio musical y tres cuartas partes de una película musical (las de Fred Astaire y Ginger Rogers no cuentan).

Me encanta la ópera, en cambio (ya saben, soy una snob), aunque no excesivamente la zarzuela y estoy que trino, porque para no variar, cuando me dispongo a sacar entradas para ver Tristán e Isolda en febrero ya no hay entradas. En Oviedo sigue considerándose que es un artículo de consumo de lujo restringido a abonados y amigos y familia del excelentísimo ayuntamiento.

Pero volviendo a mis odiados musicales... ¿Por qué cuando dices que no te gustan siempre estás rodeado de gente que los adora y que te miran con cara de que no sabes de lo que estás hablando? La segunda fase es el proselitismo, tengo una invitación pendiente para ver Cats con el total convencimiento, por parte del anfitrión, de que caeré rendida ante semejante belleza (y de paso, ante sus pies). Dudo sinceramente ambas cosas.

Y es que no, no le encuentro la gracia a que de repente en medio de una conversación los actores se pongan a cantar y bailar cosas absurdas, para instantes después retomar la trama de la película como si nada hubiese pasado.

La primera y única vez que me senté en un teatro a soportar un musical fue en otra vida. Los miserables, hace tantos años que ya he olvidado quién era entonces. Sólo sé que a media función me levanté y me fui, acabando en un cine de Gran Vía viendo el Drácula de Bram Stoker (calculen los años si acababa de estrenarse esa película) y que tras el cine nos fuimos al Stella, garito que regentaba la sin par Alaska, con un oportuno 'somos amigos de Olvido'.

Así que ayer decidí darle una nueva oportunidad y resarcir un autoagravio. Me senté a ver My fair lady. Aguanté apenas tres cuartos de hora por respeto a Audrey Herpburn y porque cuando leí a George Bernard Shaw, el libro me había encantado. Pero acabé viendo uno de mis placeres culpables, Glee.

Encontré la película sinceramente insoportable, y eso que la vi en versión original, ni imaginar quiero cómo sería verla doblada al castellano (hay cosas que deberían estar directamente prohibidas). Y supongo que muchos no estarán de acuerdo, pero ni Audrey Herpburn, con todo su charme, la levanta.

Supongo que también tiene mucho que ver que Rex Harrison nunca me ha transmitido nada de nada, aunque curiosamente sea él el protagonista de la más maravillosa película jamás rodada, The ghost and Mrs. Muir. Y ya no pueda imaginarme otro capitán Gregg que no sea él.

Así que cuando sonó el teléfono encontré la disculpa perfecta para dejarla a medias y enterrarla en el baúl de los olvidos. ¿Qué estabas haciendo? ¿Te he he interrumpido en algo?.... No, sólo veía una película que no me estaba gustando... Maravillosa, maravillosa, Audrey Herpburn es maravillosa; esa película es maravillosa; la vida es maravillosa... tan dulce, tan bella, tan elegante, con tanto encanto... Como últimamente me reprimo y trato de no llevarle la contraria a nadie y le digo a todo el mundo lo que espera oír, asiento al otro lado del teléfono y no opino.

¿Y se han dado cuenta de que Audrey Herpburn de un tiempo a esta parte se ha convertido en icono y referencia de elegancia, belleza y saber estar? ¿Que su cara, su figura y su estilo nos invade en forma de posters, camisetas y hasta lámparas? Lo encuentro comprensible hasta cierto punto. A mí siempre me ha parecido una mujer maravillosa, cierto, pero absolutamente irreal. Las mujeres de verdad tienen curvas, y a veces son hasta vulgares y van despeinadas. Y Audrey era demasiado perfecta y demasiado etéra (entre otras cosas sufrió anorexia). Entiendo que se le admire, yo soy la primera que quise ser como ella hasta que descubrí que era imposible; pero por favor, que no se tome como una referencia a la que imitar.

Una vez leí en algún lado, que los diseñadores de alta costura, los que determinan qué se pone de moda y qué no, y lo que luego las mujeres de a pie nos encontramos en las tiendas de a pie (el imperio Inditex está plagado de clones de modelos de alta costura) odian a las mujeres. La teoría pasaba por su homosexualidad, en la mayoría de los casos. Dudo sinceramente que un hombre odie a las mujeres por ser gay, aunque la teoría es vistosa y en el fondo parezca haber algo de cierto. Puede que sea un odio subliminal o tan sólo la incomprensión de lo que supone ser mujer y no morir en el intento. Porque en tiempos donde en la Europa bien pensante y supuestamente civilizada se discute tanto la oportunidad de prohibir o no los velos islámicos, olvidamos que el resto de mujeres no estamos ya sometidas a los preceptos de la religión, sino a una especie de burka invisible que nos obliga a estar de continuo perfectamente peinadas, manicuradas, vestidas y aunque entendemos que fumar mata y que el liberarse del corsé, allá por principios del siglo pasado, fue toda una liberación, ahora aceptamos libremente (o no, no tienes muchas otras alternativas en las tiendas) subirnos a unos tacones imposibles, el número de centímetros no deja de subir temporada tras temporada, con evidentes riesgos para nuestro equilibrio y nuestro físico.

Aceptamos también que juventud y belleza debe ir de la mano a riesgo de convertirte en invisible sino te sometes a sus dictados. Si eres mujer, prueba a cortarte el pelo (yo lo hice), corto, cortito, a lo garçon, como dicen los franceses (que siempre dicen lo mismo pero lo dicen mejor) y luego me cuentas. No importa que ya no tengas 20 años o que no seas especialmente bella, porque medios para remediarlo hay. El problema nace cuando te aceptas a ti misma y decides que la arruga es bella, que tus años vas a llevarlos con dignidad y no te importa lucir un escote de talla 85 que al fin y al cabo es que la naturaleza te ha dado, que no te vas a someter a las tiranías del botox y la cosmética, al riesgo de padecer tanorexia. Porque el modelo de mujer que se nos vende es otro, mujeres que miden 180 y lucen una talla 36, con cuerpo de adolescente sin curvas, excepto, obvio, la silicona estratégicamente colocada, lo más parecido a una muñeca Barbie que puede encontrarse fuera de las tiendas. Todas en serie, todas iguales y nosotras empeñadas en no ser la nota discordante.

viernes, mayo 28, 2010

Ayer veía en un cine "Sex and the city 2"... A lo mejor se trata de eso, de no tomarse nada absolutamente en serio (ni todo lo contrario)...

martes, marzo 23, 2010

(des)Encadenada



No creo que sea mucho pedir...

domingo, febrero 21, 2010



-"[...] No quiero vivir como los demás piensan que hay que vivir. No me gustaría descubrir un día que estoy al final de la vida de otra persona."

Siempre me digo que esta vez no voy a llorar... nunca lo consigo. Comienza la música de John Barry... yo tenia una granja en África a los pies de las colinas de Ngong... y ya no puedo evitarlo...


P.D. "Memorias de África" cumple hoy 25 años y esta tarde yo voy a celebrarlo.

martes, febrero 16, 2010


Es más que probable que la última película hecha en España que vieras fuese una de Paquito Martínez Soria, o aquella de Landa, “Vente p’a Alemania, Pepe”, aunque afirmas rotundamente que el ‘cine español’ es una gran m*, plagado de ‘pesebreros’ y sustentado por el dinero de tus impuestos vía subvenciones (aunque se te olvide o desconozcas que ya en el ‘franquismo’ se subvencionara).

Pero hiciste el esfuercito y te sentaste el domingo delante del televisor a ver la entrega de los Premios Goya 2010. Buenafuente te pareció un buen motivo, y carajos, cuando te ‘arrastré’ al cine a ver “Celda 211” a pesar de tus reticencias y ‘contravoluntad’ saliste moderadamente contento, digo encantado; porque según tú, lo mejor que se podía decir de esa película, es que no parecía ‘española’. Hasta comenzaste a comprender mi más que cierta debilidad por Luis Tosar. Y al fin y al cabo, “El secreto de sus ojos”, que también te gustó, era argentina. Obviemos que Ricardo Darín si es que es una debilidad (otra) compartida.

Se me olvidaba que Alex de la Iglesia te parece un tipo simpático (y en la gala lo reafirmó). ¿Recuerdas el día de la bestia? C*, sí también te gustó. Y no me digas que los vecinos de su comunidad no son exactamente iguales a los de la mía. Y que las actrices, algunas, y que los actores, algunos, por fin saben ponerse un vestido decente y un smoking, respectivamente, aunque la alfombra sea verde, y no roja y hayan comprendido que al fin y al cabo el cine es una fábrica de sueños. Tal vez hasta tú hayas comprendido que las ‘etiquetas’ siempre están de más.



P.D. Anne Baxter en "All about Eve".

martes, diciembre 01, 2009


Lo leo en el periódico y me invade la pena, no por el que se va, sino por la ignorancia en que nos deja a los que nos quedamos…Si te digo Jacinto Molina es probable que pienses que hablo de mi vecino del cuarto. Si te hablo de “La noche de Walpurgis”, es la película que deberías ver esta noche.

sábado, octubre 24, 2009

I’d like to kiss you, but I just washed my hair



Sugiero que nos están echando, han apagado las luces. Me trago las ganas, obedezco las reglas.

Y todo lo demás... también.




P.D. Bette Davis y Richard Barthelmess en "The cabin in the cotton".

martes, septiembre 15, 2009

Memoria

Tanto hablar de Dirty Dancing hoy me ha recordado esto:








P.D. Kim Novak y William Holden en "Picnic".

Para el adios siempre hay tiempo



Se ha muerto Patrick Swayze. Me lo cuenta mi compañero de trabajo, el mismo que se pasa media mañana leyendo periódicos y la otra media fingiendo que trabaja. Lo de compañero es un decir, más bien alguien que trabaja en el mismo lugar en el que trabajo yo. No recuerdo los motivos de su muerte, alguna innombrable enfermedad probablemente. Nunca me gustó especialmente, me parecía demasiado soso e inexpresivo, y en películas como "Ghost", un bodrio infumable en mi no tan humilde opinión, yo iba con el malo. Pero confesaré que "Dirty Dancing" fue una de las películas de mi adolescencia, la otra fue "Sufre mamón", nunca volví a ver la segunda, infinidad de veces la primera. E. se sabe media película. Es su película preferida, no puedo culparla. Yo me sé diálogos enteros de "Johnny Guitar" o de "Ser o no ser". Todas soñamos con bailar con Patrick Swayze. Tuve un vinilo con su banda sonora. No me gustaba bailar, pero cerraba los ojos, le recordaba en "Norte y Sur". Que mal ha envejecido Lesley-Anne Down, como Veronica Hamel como madre de Jack Sephard en Lost (Perdidos), ya saben, el teniente Furilo. Supongo que le recordarán en alguna tele. Me juego lo puesto a que emitirán "Ghost" a modo de recuerdo. Me conformaría con volver a ver "Dirty Dancing", pero me encantaría que alguien se acordara de "Rebeldes". Patrick Swayze será recordado por las dos primeras, yo le recordaré por la tercera. Diane Lane sí ha sabido envejecer, es lo que tienen las pelirrojas.



P.D. Emilio Estevez, Rob Lowe, C. Thomas Howell, Matt Dillon, Ralph Macchio, Patrick Swayze y Tom Cruise en "Rebeldes".

lunes, diciembre 08, 2008

Aquí y ahora



Hoy estás aquí. Mañana, si quiere, que vuelva el olvido a besarme.

domingo, septiembre 28, 2008

Despedida


Que se ha muerto Paul Newman ya lo sabes, que a mí se me ha roto un trocito de lo que me queda de corazón con la noticia, pese a anunciada meses atrás, tal vez lo intuyas. No, no era Ava Gardner el animal más hermoso, era él. El hombre de los ojos de un azul indecente y probablemente el mejor actor que se haya plantado nunca ante una cámara.

P.D. El único consuelo del día de ayer fue el partido del Sporting pese a que las matemáticas sean crueles (hubiesen merecido el empate), otra liga es posible.

sábado, junio 14, 2008

Kissing me softly


"Excuse à mes lèvres. Ils trouvent satisfaire dans les lieux les plus inattendus."

A good year

martes, junio 03, 2008

miércoles, mayo 14, 2008

Lion in winter



ELIONOR

Nun güeyarás más les brunes lloses d’Aquitania

pero besarás les sos torres en ca besu mio.

(Al abellu les besties - Berta Piñán)

sábado, abril 05, 2008

Despedida



-¿Quiere usted que hablemos en francés?

-Yo no hablo francés. Simplemente quise averiguar si es la eminencia que mi hermano describía.

-Sí. (Enfadada) ¡Una mujer hecha a su medida! Domino varios idiomas, toco el piano, mi conversación es inteligente y mis dientes perfectos. ¿Quiere usted contármelos también? ¿No es eso lo que se hace con los caballos? ¡Se les miran los dientes! ¡Por fortuna no me falta ninguno!

-Ni mal genio tampoco.

-Sí, ya lo sé. A usted no le gustan las mujeres con mal genio.

-No me asustan. Yo lo tengo mucho peor.

-¿Quien lo iba a imaginar?

-Es usted una mujer excepcional: inteligente, bonita, sin embargo debe de tener algún defecto. No voy a tener la suerte de encontrar una mujer perfecta sin salir de la selva. Todo el mundo tiene defectos.

-Ah… Creí que no le gustaba, que le había decepcionado… Lo que tiene es miedo de mí.

-¿Usted cree?

-Ansía descubrir en mí un defecto, algo que desmerezca en su opinión.

-Conoce bien a los hombres.

-Quiere completar su obra con una mujer a tono con el resto de su mobiliario, traído por el río con enormes dificultades para alimentar su vanidad y que las termitas no se lo arrebaten. Era esa la clase de esposa que exigía. Ahora me encuentra a mí y le inspiro miedo.

-Insisto en que conoce bien a los hombres.

-Mejor que usted a las mujeres.

-¿Dónde lo aprendió? ¿De qué hombre? ¡He puesto el dedo en la llaga!, ¿verdad? ¿Ha pertenecido a otro?

-Estuve casada. ¿No se lo dijo su hermano?

-No. Eso me lo ocultó. Me refirió todos los pormenores, su vida entera, todo menos eso.

-No es mía la culpa. Fue un olvido involuntario. Le advertí que se lo dijera.

-Quizás mi hermano me conoce mejor de lo que yo creía. ¿Cuánto tiempo estuvo casada?

-Casi un año. Se mató.

-¿Cómo?

-Bebía. Era muy alegre, muy simpático y muy borracho. Y una noche salió a caballo más alegre y también más borracho que nunca. Su hermano me dio dinero para pagar sus deudas.

-Sería un pobre inútil.

-Era el hombre más bueno que he conocido.

-Un hombre débil al que no quería.

-Sí le quería.

-¿Cuántos más se han cruzado en su vida?

Ella calla.

-Señora… Ha visto usted mi casa, tardé siete años en construirla, un auténtico milagro en el corazón de la selva. La gente se reía de mí, de mi afán por conseguirla, pero yo no hice caso, quería rodearme de las cosas hermosas de la vida. Crear una familia y poder ofrecerle una casa de la que me sentí siempre orgulloso, en unas tierras que arrebaté a la selva y al río sólo con mi voluntad. ¡La única exigencia que yo imponía era que todo cuanto subiese por el río fuese nuevo, que valiera la pena! Por ejemplo, ¡el piano ante el cual se sienta jamás fue abierto por nadie antes de su maldita llegada!

Ella da un golpe a las teclas del piano, se levanta y tras una pausa dice:

-Si usted supiera más de música, se daría cuenta de que un piano suena mejor cuando se ha tocado. Este no es un buen piano…

"Cuando ruge la marabunta"

Related Posts with Thumbnails