miércoles, octubre 06, 2010

One light left in heaven




Hay canciones... pues eso, que hay canciones que se te meten en las tripas y ya no te sueltan...





"Pulled myself out of the mess so everyone could breathe. 
Took the red-eye home I was the only one to leave. 
When Looks are daggers words are guns. Every hope is gone. 
The sadness in your eyes just lingers on and on 

Away One light left in Heaven 
Away High above the clouds 
Away The light goes on forever 

I wish we'd stay up here never come down 
You know I wait here for you I wait here for you 
No matter where you go or what you put me through 
I don't know if you'll come back to me but baby if you do 
I'll be waiting for you 

I Moved myself around a bit thought I'd landed safe 
Then I caught a glimpse of what was hidden in your face. 
You looked me in the eye and told me everything was true 
Now we know the distance between me and you 

CHORUS 

Summer makes me restless and I can't get by alone 
I know that's you that's calling but I don't pick up the phone. 
The day you started wandering I guess I lost my faith 
I sit here now to wait and see what's coming in its place 

CHORUS 

Away One light left in Heaven 
Away High above the clouds 
Away The light goes on forever 

I wish we'd stay up here never come down 
You know I wait here for you I wait here for you 
No matter where you go or what you put me through 
And I have walked this floor for hours and hours underneath the moon 
And I am slowly disappearing here just a ghost that's shinin' through 
I don't know if you'll come back to me or if I want you to 
I'll be waiting for you 
I don't know if you'll come back to me or if I want you to 
I'll be waiting for you"

No merece la pena dramatizar las cosas... aunque yo lo haga continuamente




En días como el de hoy en los que no pasa nada y todo parece estar en su lugar me acuerdo de ti. Leo lo que escribí sobre nosotros, aunque nunca llegara a haber un nosotros, o no del todo... Y pienso que tal vez debería echarte de menos, o que tal vez debería querer que un buen día volvieras, como si no hubiese transcurrido el tiempo ni nuestras vidas. Aunque sean otros los que me añoren a mí y yo ya no tenga a quién extrañar... o tal vez sí.









"Once we rode together
In a metal firecracker
You told me I was your queen
You told me I was your biker
You told me I was your everything
Once I was in your blood
And you were obsessed with me
You wanted to paint my picture
You wanted to undress me
You wanted to see me in your future
All I ask
Don't tell anybody the secrets
Don't tell anybody the secrets
I told you
All I ask
Don't tell anybody the secrets
Don't tell anybody the secrets
I told you

Once you held me so tight
I thought I'd lose my mind
You said I rocked your world
You said it was for all time
You said that I would always be your girl
We'd put on ZZ Top
And turn em up real loud
I used to think you were strong
I used to think you were proud
I used to think nothing could go wrong
All I ask
Don't tell anybody the secrets
Don't tell anybody the secrets
I told you
All I ask
Don't tell anybody the secrets
I told you"




[Qué habríamos hecho de no existir Lucinda]

¿Dónde está la puerta de salida al país de la vida?





Es fácil, extraño, hablar contigo, porque en realidad no sabes de mí, no me conoces; porque me intuyes o imaginas. Y es fácil porque callo y oculto y sólo muestro lo que muestro, you know, que el resto es humo. Porque no soy sino palabras encadenadas con mayor o menor fortuna, y las palabras, ya se sabe, no son incómodos testigos, como las miradas o los gestos.

Es fácil jugar a alejarse, a acercarse y volver a irse; llenar el corazón de nostalgias de algo que en realidad no existe, de ausencias; de palabras, siempre inoportunas; la torpeza nunca me abandona.



Como sería fácil acostumbrarme a tu cuerpo en este otoño distraído.




Siempre he sabido que existías, en algún lugar, no importaba donde; lejano, entre las sombras, envenenándote de azules






Hace un rato que debería haberme ido a casa, incluso han apagado las luces y he tenido que levantarme para encenderlas de nuevo apretando todos los botones porque nunca sé exactamente cuál es el interruptor que enciende las que hay sobre mi cabeza. Al lado de mi sempiterna botella de agua tengo un vaso de ésos de plástico, con un vino no del todo malo, del Somontano; aunque a mí precisamente no me gusta demasiado el vino, así que mi opinión sobre su calidad es más que dudable.

Era, o es, el cumpleaños de alguien y se les ha ocurrido festejar aquí. Apartar papeles, sacar embutidos como por arte de magia de un armario, comprar pan en el supermercado y agenciarse con un buen número de botellas de vino que estaban a buen recaudo en el despacho del jefe desde las navidades pasadas. Aunque el salchichón de La Alberca no ha tenido demasiado éxito, se han vaciado las botellas y las barras de pan han desaparecido. Y debo confesar que yo he contribuido, que he puesto de mi parte aunque no probara el pan y menos el salchichón, aunque dijera y repitiera eso de que a mí no me gusta el vino y que sólo lo probaría como deferencia. Ustedes no conocen a los asturianos; "venga, ho, un poquitín más... que tienes el vasu vacío"... en fin, que he debido tener el vaso vacío más veces de lo recomendable y ahora todo me da vueltas, aunque siga sin gustarme el vino y haya acabado por reirme de los malos chistes ajenos. Es curiosa la capacidad que tiene el alcohol para derribar barreras que una juraría infranqueables. Tal vez debería aprovechar este momento de euforia impostada para descolgar el teléfono, o salir a la calle, para hacer o decir algo... algunas de esas cosas que tanto me cuestan... actos y/o palabras.








Podría, supongo... pero no, no quiero que tu piel se reduzca a cenizas.

Es entonces cuando se abandona todo




No ha dejado de llover en toda la mañana, y probablemente en parte de la noche, aunque esto no lo sé de cierto. Dormí tan profundamente, por primera vez en muchos días, que sólo al despertarme al son del despertador me percaté de las gotas de lluvia golpeando los cristales. El cielo está encapotado, de un gris perlado; la niebla tan baja que no permite divisar el Aramo. Me gustan estos días, lo he dicho tantas veces... lo sé. Ni siquiera hace frío, aunque también me guste el frío. A veces pienso que debería mudarme a Laponia y dedicarme a leer toda la literatura criminalista sueca actual, descartando a Mankell, para documentarme. Aunque no me guste la carne de reno... y en este preciso instante mate por comerme un regaliz rojo... o unos cuantos.


Me pregunto si en Laponia también habrá regalices y sugus de cereza.







P.D. Hildegarde Neff

Te escribo en voz baja desde un seis de octubre




Acabo de colgar el teléfono tras una conversación de 20 minutos con ella. Confesaré no haberle prestado atención, o al menos no demasiada. Hice las preguntas corteses; las adecuadas, indicadas y esperadas. Le dije que bien, que estaba bien. Yo siempre estoy bien. Y prometí que la semana que viene, que tengo unos días libres, sólo trabajo el lunes, para llevar la contraria a la media España que se va de puente, encontraría un hueco para vernos. Cuando le digo que este viernes no podrá ser, que estaré fuera, me pregunta por ti. Siempre lo hace, siempre encuentra un motivo o una excusa para hacerte presente y sacarte de entre las sombras donde involuntariamente habitas, que para olvidar no hay fechas. No sé qué contestarle... Que no sé nada de ti, que ni siquiera sé dónde estás ahora o con quién, si es que tienes a alguien a tu lado, alguien que te quiera como te mereces, como yo no supe hacerlo. Y no, claro que es porque no quiero, o porque me falta el interés o las ganas o me puede la apatía; me adelanto a sus palabras, inevitablemente siempre repite lo mismo. Me recuerda aquellos días en Barcelona 'borneando', el billete de ida que se quedó sin vuelta en las calles de Beacon Hill y los insufribles chilaquiles de la Casa de México. No entiendo por qué trata de brindarme motivos. Ni los necesito, ni los quiero, ni los he pedido. Los recuerdos, incluso a veces los no tan buenos, no son aristas que corten mi presente; que como decía el poeta, aunque yo quisiera contarlo como una historia triste, no es posible, porque el tiempo cicatriza con días las heridas.










P.D. Goldie Hawn

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