domingo, noviembre 18, 2007

Espejismo

"Aunque tú no lo sepas

me he acostado a tu espalda

y mi cama se queja

fría cuando te marchas."

Q. González/E. Urquijo

Cuando aprendas a estar solo, cuando sepas lo que quieres. Cuando me escuches...Ejercicio inútil. Buscando maneras de aprender. Y todo lo demás, también...

Extraños acercándose demasiado...

Nostalgia del felpudo




Hace mucho tiempo que yo le declaré la guerra al vello corporal, a los pelos, pa entendernos; incluida la brasileña (depilación del pubis para los no iniciados). No es una cuestión estética, y mucho menos sexual, tanto como de higiene y comodidad.

Presupongo que nadie cuestiona la depilación de las piernas o de las axilas y con ese nadie me refiero a los hombre heterosexuales, pero lo cierto es que nunca me he planteado si estos prefieren o no un pubis completamente depilado. De ahí mi sorpresa cuando un buen día y a altas fiebres de la madrugada entre amigos mayoritariamente del género masculino y heterosexual surge el tema de la depilación femenina cuando Mar en el último momento y para nuestra sorpresa decide no alejarse con su ultimisima conquista nocturna con la excusa o disculpa de no estar depilada ante mis risas estupefactas y los comentarios de los chicos restándole importancia a ese detalle.

Incluso uno de ellos va más allá e inicia un auténtico alegato a favor de eso que algunos llaman felpudo, según él injustamente denostado y desterrado del cuerpo femenino. Será que no frecuenta los vestuarios femeninos de la piscina municipal y en todo caso aunque él acabe de superar los cuarenta no ponga sus ojos (entre otras cosas) en cuerpos que apenas superan los 20.

Lamentaba que a sus particulares lolitas les horrorizara el vello púbico, que para ellas fuera sinónimo de falta de higiene y falto de erotismo, reivindicando desde ya el felpudo.

Yo desde luego no me uno a su causa.

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