domingo, enero 18, 2009

Vencida

Los rechazos duelen, eso lo sabemos todos. Por experiencia propia, las más de las veces. Un orgullo herido pesa más que un par de zapatos a estrenar.

Pero... ¿puede doler el rechazo de alguien que ni siquiera te interesa?. El sentido común diría que no, pero ya sabemos que es el menos común de los sentidos pese a su nombre.

No tenía interés, ni pretensiones de acercamiento de ningún tipo. A día de hoy sólo lo tengo (levemente) hacia otro (y sólo porque es guapo). Y entonces, ¿qué me pasa?, ¿por qué me molestó tanto que dijera lo que dijo rematándolo con el infalible "podemos ser amigos"?

¿Qué señales envié? ¿Qué dijeron mis gestos o mi risa? ¿Fui demasiado cariñosa? Ni siquiera llevaba dos copas de más... Él no se siente atraído por mí aunque tal vez sea cuestión de tiempo... ¿Pero qué me está contando ese romano? ¿Acaso he preguntado, insinuado, establecido?

No entiendo a algunos hombres y no me entiendo especialmente a mí... Y no, no quiero creer que soy una imadura alérgica al rechazo que pretende ser siempre la reina del baile aunque no la hayan invitado, aunque en este caso era él el no invitado.


Related Posts with Thumbnails