sábado, julio 07, 2007

Confidencias a medianoche






La primera llamada que recibí el día de año nuevo fue de Mar (la primera y la última, porque tras la suya apagué el teléfono, odio esos sms que se cuelan como virus en esos días).

Nos vemos tan poco y tenemos tantas cosas que contarnos que nos pasamos horas y horas al teléfono. Soy poco comunicativa y muy poco dada a hablar de mis vicisitudes pero cada vez que la tengo al otro lado del teléfono se me acumulan uno tras otro en una especie de lista mental todos aquellos temas de los que tengo que hablarle, y ella, bueno, expansiva por naturaleza, como buena gaditana, siempre tiene algo que decir. Así que nos interrumpimos la una a la otra, ejercemos nuestras peores maneras y saltamos de un tema a otro, en realidad siempre son los mismos: estado sentimental, laboral, familiar, social y vuelta al estado sentimental, para terminar, siempre, haciendo repaso a todos y cada uno de los conocidos comunes.

En una de cada cinco llamadas ella acaba llorando La llamada en la madrugada del recién inaugurado año no era la quinta desde el último llanto telefónico, pero lo hubo, tal vez año nuevo, estadísticas nuevas.

No me atrevería a calificar de pueriles los orígenes de esos llantos, en todo caso poco importa que sean la emoción, la pérdida, la rabia o la alegría desbordante lo que los provoquen.

Recuerdo que la primera vez que escuché su llanto a través del teléfono también fue durante una llamada navideña, las primeras Navidades desde que nuestros destinos se habían separado, ella volvió a su Sur y yo regresé a mi Norte. El motivo era demasiado tópico como para reproducirlo aquí, al margen de que “aquí” tampoco debe tener cabida el innombrable, el suyo, tal y como le prometí solemnemente ante una taza de Glühwine que me abrasaba las manos, otros se hacen hermanos de sangre mezclando las respectivas, nosotras para juramentos solemnes utilizamos el Glühwine, el origen de esta ceremonia es francamente incierto al margen de ser terriblemente engorroso dada nuestra afición a prometer, que crece exponencialmente desde que hemos cumplido los 30, en casi todo momento y lugar, con la consiguiente imposibilidad en la gran mayoría de los casos de tener una botella de Glühwine a mano.

La última llamada siguió el esquema habitual, adaptado a las circunstancias, que fuera Nochevieja para ella, Silvester para mí. Una a orillas del Atlántico en los Caños y la otra a casi 10 bajo cero y con un entusiasta teniente-coronel de la Bundeswehr (increíble que R* a sus 38 ya tenga esa graduación) y su colección de petardos y fuegos artificiales. Debo tener en cuenta para los años venideros a la hora de elegir el lugar donde despedir el año que en él la explosión de todo tipo de artilugios no sea preceptivo en orden a la “tradición”, prefiero atragantarme con las uvas puestos a elegir.

El repaso habitual, los que están y los que fueron, incluidos los innombrables respectivos, el suyo y los míos…

Se llamará Jimena, la niña de Oli y Chris, en febrero, Naty ha sentado la cabeza con la polaca y se van a comprar un adosado en Erlangen, Laura ha cumplido un año y Jan y Ali ante tal avalancha de nacimientos, embarazos y partos parece que quieren tener un hijo, Quela y Waltraud siguen en San Diego, pero la segunda ya ha anunciado su regreso, Antonio llama de cuando en cuando, Paula sigue en Santiago y Alex en Monterrey, ayer me emborraché con las Carolinas, Alex se va a Australia, el padre de Fabian se ha arruinado, la tercera Carolina y Jens, bien gracias, Cata sigue siendo una especie de Frau Doktor House, etc, etc… ¿no sabes quién ha llamado?... ¿Increíble, verdad?…

Y al final, invariablemente, la pregunta de siempre… ¿has sabido algo del mexicanito lindo?... No… Y le cedo la palabra de forma un tanto forzada, nunca me queda claro si ella se da cuenta, supongo que sí, es una mujer inteligente… en todo caso toma la palabra elegantemente y me cuenta, que nos echa de menos, que te echa de menos, que el trabajo en el banco la aburre, que se siente prisionera en su torre de cristal, que fue su elección…

0 perdidos en el laberinto:

Related Posts with Thumbnails