Sin luz con Rafa Arboleda
"... ya tengo por fin en casa el telescopio japonés.
Es el último modelo.
Ideal para mi nueva perversión.
La causa de mi desvelo.
Mi vicio inconfesable.
La conducta más reprobable.
No sé lo que me pasa últimamente.
No dejo de espiar a mi vecina de enfrente..."
Es el último modelo.
Ideal para mi nueva perversión.
La causa de mi desvelo.
Mi vicio inconfesable.
La conducta más reprobable.
No sé lo que me pasa últimamente.
No dejo de espiar a mi vecina de enfrente..."
Hoy me he acordado y no sé muy bien por qué de Rafael Arboleda, o Rafa Arboleda. Era un locutor de radio que con una seductora voz combinaba las ondas radiofónicas con la publicidad; aún resuena en mi cabeza su voz en un anuncio de la ginebra Larios y habrán pasado unos 12 o 13 años desde las veces en que su voz acompañaba mis primeras noches de estudio universitario. Eran tiempos en los que aún escuchaba la radio.
Creo recordar que la primera vez que escuché su voz fue en el programa La Jungla, de Cadena 100, con un Abellán por aquel entonces inspiradísimo y acertado. Y no deja de ser curioso que hace poco descubriera una noche luciendo palmito en la televisión autonómica del Principado (de Asturias), la TPA (todo por Areces) a un tal Alfredo García, que en su momento también formó parte de la fauna junglera. Aunque hoy resulte difícil de creer la Jungla era entonces y estoy hablando aproximadamente del año 94, un programa innovador e irreverente. Al menos a mis oidos bastante inexpertos en cuestiones radiofónicas en particular y en la vida en general (aún no conocía a Gomaespuma y eso que llevaban ya más de 15 años en el medio).
La definición que mejor le cuadraría a Arboleda era la de tremendo reloco, que diría Andrés. Anárquico, sin orden ni contenidos (ni concierto). Brilló con luz propia en las madrugadas con un programa que se titulaba "Enciende la noche" y creo recordar que aunque pasó por varias emisoras él mantenía el formato del mismo, cual el sempiterno Luis del Olmo y su "Protagonistas". Acabé perdiéndole la pista, tal vez fui yo quien dejó de escuchar la radio.
Viendo en TVE al resucitado para los medios Jesús Quintero tras su largo exilio andaluz me viene a la memoria que tal vez el estilo de Rafa Arboleda era precisamente el de Quintero. A saber, protagonismo absoluto de los silencios, interrumpidos de cuando en cuando por canciones, monólogos y delirios varios donde siempre había chicas, cigarros y cervezas, el clic del zippo al encenderse, el sonido de su respiración o el exhalar al expulsar el humo del tabaco mientras murmuraba, qué calor.
Recuerdo sus susurros pegada a la radio con la certeza de que era a mí únicamente a quién se dirigía. Conseguía que el oyente, la oyente, se sintiera protagonista absoluta de sus delirios y discursos.
Pero lo que todas esperábamos impacientes noche tras noche era una sección, por llamarlo de alguna manera, que a hora incierta y sin previo aviso se colaba en nuestros cuartos. Un juego un tanto pueril al que todas sucumbíamos. Sonaba una vieja canción "Espiando a mi vecina", de un Pingüino en mi ascensor (un grupo un tanto estúpido que vió la luz al amparo de la hoy magnificada movida madrileña) y todas y todos debíamos encender y apagar la luz del flexo 3 veces seguidas con el objetivo de vislumbrar a algún vecinito o vecinita, allá con los intereses de cada cual, en el vecindario.
Me encantaría decir que en una de esas noches vi encenderse y apagarse una luz al mismo tiempo que la mía, a través de la ventana, pero no fue así. Las únicas que entraban en el juego eran las de mi propio edificio, a la sazón una residencia de estudiantes, plagada por tanto de chicas insomnes enchufadas a la radio. No sirivó nunca como reclamo para atraer a algún vecino, sino a un exhibicionista que le cogió querencia a visitarnos noche tras noche. Pero ésa es otra historia.
Creo recordar que la primera vez que escuché su voz fue en el programa La Jungla, de Cadena 100, con un Abellán por aquel entonces inspiradísimo y acertado. Y no deja de ser curioso que hace poco descubriera una noche luciendo palmito en la televisión autonómica del Principado (de Asturias), la TPA (todo por Areces) a un tal Alfredo García, que en su momento también formó parte de la fauna junglera. Aunque hoy resulte difícil de creer la Jungla era entonces y estoy hablando aproximadamente del año 94, un programa innovador e irreverente. Al menos a mis oidos bastante inexpertos en cuestiones radiofónicas en particular y en la vida en general (aún no conocía a Gomaespuma y eso que llevaban ya más de 15 años en el medio).
La definición que mejor le cuadraría a Arboleda era la de tremendo reloco, que diría Andrés. Anárquico, sin orden ni contenidos (ni concierto). Brilló con luz propia en las madrugadas con un programa que se titulaba "Enciende la noche" y creo recordar que aunque pasó por varias emisoras él mantenía el formato del mismo, cual el sempiterno Luis del Olmo y su "Protagonistas". Acabé perdiéndole la pista, tal vez fui yo quien dejó de escuchar la radio.
Viendo en TVE al resucitado para los medios Jesús Quintero tras su largo exilio andaluz me viene a la memoria que tal vez el estilo de Rafa Arboleda era precisamente el de Quintero. A saber, protagonismo absoluto de los silencios, interrumpidos de cuando en cuando por canciones, monólogos y delirios varios donde siempre había chicas, cigarros y cervezas, el clic del zippo al encenderse, el sonido de su respiración o el exhalar al expulsar el humo del tabaco mientras murmuraba, qué calor.
Recuerdo sus susurros pegada a la radio con la certeza de que era a mí únicamente a quién se dirigía. Conseguía que el oyente, la oyente, se sintiera protagonista absoluta de sus delirios y discursos.
Pero lo que todas esperábamos impacientes noche tras noche era una sección, por llamarlo de alguna manera, que a hora incierta y sin previo aviso se colaba en nuestros cuartos. Un juego un tanto pueril al que todas sucumbíamos. Sonaba una vieja canción "Espiando a mi vecina", de un Pingüino en mi ascensor (un grupo un tanto estúpido que vió la luz al amparo de la hoy magnificada movida madrileña) y todas y todos debíamos encender y apagar la luz del flexo 3 veces seguidas con el objetivo de vislumbrar a algún vecinito o vecinita, allá con los intereses de cada cual, en el vecindario.
Me encantaría decir que en una de esas noches vi encenderse y apagarse una luz al mismo tiempo que la mía, a través de la ventana, pero no fue así. Las únicas que entraban en el juego eran las de mi propio edificio, a la sazón una residencia de estudiantes, plagada por tanto de chicas insomnes enchufadas a la radio. No sirivó nunca como reclamo para atraer a algún vecino, sino a un exhibicionista que le cogió querencia a visitarnos noche tras noche. Pero ésa es otra historia.
14 perdidos en el laberinto:
Acabo de escuchar"espiando a mi vecina de enfrente" e irremisiblemente me ha venido a la zabeza "Enciende la noche" y las noches de estudio (o mareo en la mayoría de los casos) en el colegio mayor.
Llevo unos días bastante melancólico y dese luego, esto no ayuda, pero al menos reconforta comprobar que tras tantos años, la misma persona sigue aquí dentro.
A mí por el contrario no me gustaría ser la misma persona que fui a los 18, edad a la que escuchaba enciende la noche, también en residencia universitaria. No, me gustaría volver a la ciudad de entonces pero siendo la mujer que soy ahora.
Ayer me tocó a mi, no sé por qué extraña razón pero recordé a Rafa Arboleda y a esas noches en la habitación de la residencia de estudiantes en la gran ciudad. Reunidas alrededor de la radio para escuchar su voz, qué voz... Me ha encantado leer este post y ver que éramos muchas las que compartíamos tanto.
Yo también volvería a esa gran ciudad siendo la persona que soy hoy. Ese pensamiento, ese deseo, esa sensación me atormenta de vez en cuando pero quizás nada sería igual, seguro, no tendría el encanto ni la ingenuidad de los 18, 19, 20...años. Gracias y saludos
DELUXE
Me he encontrado este blog por casualidad... me ha transportado vuestro comentario... yo era de las de arquitectura... y recuerdo cómo este tío me ponía los pelillos de punta cada vez que respiraba o bebía o decía "qué calor"... Qué tiempos... qué tío... qué noches...
Para los que eramos fans de Rafa, ahora que se acerca su cumpleaños... unos recuerdos:
http://www.ustream.tv/channel/obseco
http://www.ustream.tv/channel/Enciende-La-Noche
YO ESTABA ENAMORADA DE SU VOZ, LO ESCUCHABA EN M80 Y DE REPENTE PASARON A UN TAL PATRIK DE FRUTOS, QUE CON TODOS LOS RESPETOS, NO LE LLEGABA A LA SUELA DE LOS ZAPATOS Y LE PERDI LA PISTA DEL TODO. QUE TRISTE ME ESTOY PONIENDO,UN BESO A TODOS
hoy es mi cumpleaños y siempre me entra un poco de melancolía y me pongo a pensar en los años de estudiante, en cuanto A entraba sin avisar en mi habitación, para descentrarme maravillosamente de mi estudio y me tarareaba el tema de Blade Runner con el que Rafa empezaba su enciende la noche. Todos estos recuerdos me han llevado a tu blog y me alegra pensar que no soy el único que de vez en cuando se alimenta de nostalgia. Felicidades a tod@s los soñadores....
Todas nuestras noches se parecieron... y tampoco se porqué hoy me he acordado de él.
He llegado a tu blog buscando algo de Rafa arboleda, porque yo pensaba que el programa que oia era de Patrick de Frutos y ya me ha dicho Patrick, que me he hecho amiga del su facebook, que era Rafa arboleda, no me olvido de su voz y de la sintonia la BSO de blade runner y buscando mira lo encontré, http://www.ustream.tv/recorded/2283580
seguro que te traera buenos recuerdos como ami.
Saludos
Os recomiendo que visiteis la página de Facebook "LA UNICA FM". Os llevareis una grata sorpresa.
Un saludo!!!
RAFA ARBOLEDA HA VUELTO A LA RADIO!!!!!!!!
DE LUNES A VIERNES DE 22 a 24 h.
ENCIENDE LA NOCHE
en www.launicafm.com
En Facebook tiene la emisora un grupo donde cuelgan los programas grabados. Ha empezado el 10.01.2011.
A disfrutar
y a recordar...
Saludos!!
Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyy esta noche no me lo pierdo, ¡que ganas!
El de Murcia soy yo.
Pue si, Rafa sigue en launicafm pero lamentablemente en feisbuk no (problemas con cadena cien o algo asi).
Buena musica, buen blog, buenos dias, buena suerte.
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