sábado, julio 07, 2007

Martiño, Marcos e Irene




Irene tiene quince años. Hoy cumplirá dieciseis, y aunque yo cumpla exactamente el doble compartimos día de cumpleaños. Acaba de ponerse un piercing en el ombligo, mechas y extensiones. Yo acabo de quitármelo, me he cortado el pelo y le he concedido una tregua a los tintes.

Su frase favorita es -Que te cagas-. La mía, obviamente, no.


Para Irene, todo está que te cagas. Todo lo bueno, se entiende. Melendi y El Sueño de Morfeo están que te cagas. Los tebeos de Esther que le robó a su hermana mayor están que te cagas. Orlando Bloom y Dani "Canto del loco" están que te cagas. La paella de su tía de Calpe y los milhojas de Rialto (mira, en eso coincidimos) están que te cagas. Los piratas del Caribe 3 y Spiderman, también tres, están que te cagas. Pero lo que de verdad, de la buena, está que te cagas, -por las patas abajo- añade entre risas Marcos, su mejor amigo, es una serie de televisión que se llama El internado.

Realmente parecería que entre Irene y Marcos deben ser más las cosas que les separan que las que les une. Porque a Marcos, que también tiene quince, le gustan Serrat y Rufus Wainwright, los libros de Cornelia Funke y Laura Gallego y su serie preferida es Everwood. Pero ahí están los dos frente a mí e Irene no se recupera de su asombro.

-¿Qué para tí la reina del glamour sería Dita von Teese y si te apuran hasta la Preysler pero en ningún caso Paris Hilton?

-¿Pero que tú no conoces El internado?

Pues no, nunca la he visto. En realidad es que yo no veo la tele (mentira cochina, apenas la veo, que no es lo mismo, los informativos de Sánchez Dragó y alguna que otra serie a la que sin remedio me engancho, la última ha sido Cinco hermanos). Y no, no veo Los Serrano, ni Los hombres de Paco (aunque reconozco que Hugo Silva está que te cagas), que eran sus series de referencia hasta que estrenaron hace dos semanas El internado, en Antena 3 y con gran éxito de audiencia, puntualiza Marcos. Y con Martiño Rivas, añade Irene. ¿Y quién carajo es Martiño Rivas? Rápidamente Irene despliega una revista ante mí donde se ha publicado un reportaje sobre la serie. Revista a la que por cierto le quedan pocos minutos de vida porque hay cosas que parece no cambian en contra de lo que yo creía, siendo una de ellas la costumbre de adornar las carpetas con las fotos del los ídolos adolescentes de turno.

Leo con cierto detenimiento el reportaje, con interés más aparente que real, descubriendo un par de datos interesantes. Parece ser que Amparo Baró se cansó de repartir collejas a diestro y siniestro y que El internado debe de ser la serie de los hijos de. Una de las protagonistas es Elena Furiase, hija de Lolita, nieta de Lola y sobrina de Antonio (Flores), el otro es Martiño Rivas. Marcos hace las presentanciones, -es hijo de Manuel Rivas-, dice muy ufano. ¿Manuel Rivas, el escritor?, ¿A Manuel Rivas le ha salido un hijo actor que ya tiene 22 años? Pues sí, parece ser que sí.

-¿No te parece muy sexy? Pregunta Irene. Pregunta retórica intuyo yo.

Asiento fingiendo convicción, y en honor a la verdad el chiquillo es guapo, probablemente más que su padre. Pero cómo explicarle a Irene que lo que si fue verdaderamente sexy fue (escuchar y) conocer a Manuel Rivas en aquel otoño alemán, que me queres, amor.... Aunque Reich-Renicki tildara de cursi a El lápiz del carpintero.

Y no, Irene, aunque te lo prometí, no vi esta noche El internado. Había entrada libre para ver (y escuchar) a Vanexxa y la curiosidad me pudo ante esa ¿neocabaretera? al menos en apariencia.

Y sí, Irene, Martiño Rivas está que te cagas.

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