Releyendo a Montero

La rabia es contra el tiempo, por ponerte junto a mí demasiado tarde. Y siento ganas de huir, de pensar que esto fue un sueño o una pesadilla, que nunca apareciste, que nunca has existido. Ganas de besarte, de abrazarte, de perseguirte, de querer gastarme la vida, de volver a coincidir contigo en el Roxy, de acercarme un poco. De mirarte a los ojos y darte de nuevo la bienvenida. De querer perder la cordura.

Quizás en otras vidas, quizás en otras muertes.

Porque suele haber bancos donde se espera siempre, aceras que prefieres por costumbre o líneas de autobuses al mediodía. Y ahora sé que estas calles nos han hecho solitarios, ahora sé que en aquella ciudad deshabitada, la gente andaba triste, con una soledad definitiva, llena de abrigos y paraguas. Y para el amor hace falta sin duda mucho tiempo y alguna vocación.

¿Recuerdas aquella frase?:

"No sé si fue el alcohol lo que te hizo bella, si suponía el tiempo la herida que tus labios le hicieron al champagne cuando sólo pedías la pasión de una tregua."