Hablemos del ¿milenarismo?
Han pasado meses ya desde la tan comentada aparición del sin par Sánchez-Dragó en su ¿informativo? nocturno con un par de bien colocadas orejas de burro. Desde entonces hasta el día de hoy sigue generando titulares con sus excentricidades y sandeces, a partes iguales.
Despliega Dragó una cuidada puesta en escena para sus apar¡ciones televisivas, desde el atril, a priori tan impropio para presentar un noticiero y herencia, supongo, de aquel Blanco sobre negro en La 2, hasta la omnipresente rosa amarilla.
Sánchez Dragó, que ante todo es un bufón, acomete muy bien su papel. Lo que no tengo claro es qué rey sirve, pero no le negaré momentos de hilaridad absoluta como cuando una noche de lunes se negó a leer al uso los resultados de la jornada liguera con el pretexto de que ya aparecían en pantalla y el presuponía que todos los que en ese momento le veían sabían leer.
Sí, lo confieso, mea culpa, a mí me divierte Sánchez Dragó. Lo encuentro adorable, tan pedante y tan pagado de si mismo con sus kimonos. Le debo gratitud eterna por ser el impulsor de uno de los momentos más memorables de la historia de la televisión española: -“ Fernando (Arrabal), no te sientes en la mesa, que la tiene que sujetar Campillo, si no se vence".
También recuerdo especialmente una entrevista hace años a Eduard Punset (Redes), más que un plató aquello parecía un ring de boxeo donde dos egos luchaban a muerte frente a frente.
Aunque diga poco a mi favor, y nada más lejos de mi intención que calificarle como un revulsor de conciencias o buen escritor, ni lo uno, ni lo otro, insisto en que me divierte, desde tiempos inmemoriales, para que mi pecado sea aún mayor. Desde la primera vez que lo escuché hace un buen puñado de años en la Radio de Julia (Otero, antes de que la echaran de Onda Cero), donde ya hacia gala de una desfachatez sin complejos frente al insigne profesor Manuel Delgado.
Despliega Dragó una cuidada puesta en escena para sus apar¡ciones televisivas, desde el atril, a priori tan impropio para presentar un noticiero y herencia, supongo, de aquel Blanco sobre negro en La 2, hasta la omnipresente rosa amarilla.
Sánchez Dragó, que ante todo es un bufón, acomete muy bien su papel. Lo que no tengo claro es qué rey sirve, pero no le negaré momentos de hilaridad absoluta como cuando una noche de lunes se negó a leer al uso los resultados de la jornada liguera con el pretexto de que ya aparecían en pantalla y el presuponía que todos los que en ese momento le veían sabían leer.
Sí, lo confieso, mea culpa, a mí me divierte Sánchez Dragó. Lo encuentro adorable, tan pedante y tan pagado de si mismo con sus kimonos. Le debo gratitud eterna por ser el impulsor de uno de los momentos más memorables de la historia de la televisión española: -“ Fernando (Arrabal), no te sientes en la mesa, que la tiene que sujetar Campillo, si no se vence".
También recuerdo especialmente una entrevista hace años a Eduard Punset (Redes), más que un plató aquello parecía un ring de boxeo donde dos egos luchaban a muerte frente a frente.
Aunque diga poco a mi favor, y nada más lejos de mi intención que calificarle como un revulsor de conciencias o buen escritor, ni lo uno, ni lo otro, insisto en que me divierte, desde tiempos inmemoriales, para que mi pecado sea aún mayor. Desde la primera vez que lo escuché hace un buen puñado de años en la Radio de Julia (Otero, antes de que la echaran de Onda Cero), donde ya hacia gala de una desfachatez sin complejos frente al insigne profesor Manuel Delgado.
3 perdidos en el laberinto:
Vale lo de Arrabal pase que hasta entrañable me resulta, pero lo de Dragó, no puedo...
Únicamente para el club de la comedia...
para mi el momento estelar de la televisión (lo vi en un zapping) fue el presentador de dias de cine, en ver de ver este programa vayan a hacer cosas mejores ( el indico practicar sexo con la pareja),
es otra persona que odio, ( no es odio no soporto a Fernando Sanchez Drago) hay una mezcla de cosas que me gustan de el de cosas que me disgustan, en cuanto a Julia Otero, tenia una hora tremolina, que siempre me parecio mágica.
ayer vi a Sanchez Drago durante cinco minutos,
algo curioso, se queria reencarnar en un columnista, al cual admiraba, y escribir la columna que nos escribia, sobre las siete maravillas del mundo, es curioso,
tenemos los tres la misma opinión
(Fernando el columnista y yo)pero no la misma forma de expresarnos, obviamente escriben bastante mejor que yo, ( y tienen el ego mas hinchado).
que esa votación no se deberia haber hecho y si se hace, no tiene ningun interes.
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