martes, septiembre 28, 2010

En ocasiones es complicado esconderse detrás de una máscara y llega el momento de cambiarla.




Se habla y se comenta en un lugar ajeno del amor y de las costumbres. Yo afirmo que no me importaría que alguien se acostumbrase a quererme. Y alguien dice que vale, pero que eso no es lo mismo que quererte por costumbre. Puede que ciertamente no lo sea, no he vivido ninguna de esas dos situaciones, y en todo caso lo que para unos puede ser rechazable, para otros es bien recibido. Como no tengo nada... tener algo, aunque sea rutina, ya es un principio... parece ser.

Pero no, ¿qué significa exactamente tener algo o nada?, ¿qué entendemos por rutina?, ¿por costumbre? Al margen de que crea firmemente que están infravaloradas.

Yo he tenido mis pasiones, unas cuantas, bastantes, suficientes. Me he subido a la noria y esta a comenzado a girar a vertiginoso ritmo, hasta que sonaba la sirena y tocaba bajarse sólo para iniciar otro viaje subiéndose a ella de nuevo... Pero no he tenido un amor. Alguien que te espera a la salida del trabajo o que le roba diez minutos a éste para compartirlos contigo en cualquier esquina. No he compartido noche tras noche la misma cama (aunque a fuerza de costumbre prefiera dormir sola), sin tener que levantarme de madrugada; siempre ésta convertida en objeto de deseo. No he paseado, sencillamente a su lado, sin que haga falta cogerse de la mano y todas esas cursiladas, sólo sintiendo que está ahí y que no hace falta decir nada. Compartir un periódico y no tener que ocultar las cicatrices... Ser yo, simplemente... pero al lado de alguien.

Se trata sólo de eso, de haber elegido el nada, no de tenerlo. De haberse encaprichado con un sueño, chiquito, y no querer otro que no sea ése. De ser tan ilusa de seguir soñando y llegar a un estado de atrofia, no sé si emocional, pero sí al menos sexual; de ignorar completamente las señales, que sí, que me llegan, y que yo rechazo sistemáticamente. Aunque ése sea el mejor amante del mundo, cosa que en todo caso me permito dudar (sería complicado calibrar dónde se establece la excelencia en cuestiones de sexo). Aunque él me conozca tan bien que sepa exactamente que pulsiones tocar, su mano ha recorrido muchas veces el camino bajo mi falda. Aunque sepa que tú siempre has querido acostarte conmigo y yo siempre de la impresión de que no me doy cuenta y nunca hayas tenido el valor de decírmelo. Y tú, que sí lo tuviste, aunque tan sólo fuera porque yo te dije previamente que tenía ganas de follar esa noche, con cualquiera, incluso contigo; e incluso el de más allá, que tampoco ha dicho nunca nada y yo siga recreándome en mi presunta ignorancia. Aunque conseguir un polvo no especialmente horrible sea tan fácil, probablemente demasiado, con cualquier desconocido aparente en una barra de bar cualquiera una noche cualquiera. Aunque pueda descolgar el teléfono y deciros a ambos que ya está bien, que hemos esperado demasiado tiempo, tal vez años, que ha llegado el momento de explorar nuestros sexos o pueda llamarte a ti y decir que arranques el coche, que yo ocuparé el asiento trasero. Aunque sepa que el deseo es un arma poderosa y durante demasiado tiempo fue el que movió mis hilos convirtiéndome en marioneta, en barro moldeado a su antojo. Aunque pudiera decir aquí y ahora todas las presuntas depravaciones sexuales a las que me he sometido o me sometería. Aunque lo único que me apetecería hoy es colgar mi número de teléfono y que mi contestador se llenara de mensajes obscenos. Aunque ya decía Panero que no es tu sexo lo que en tu sexo busco... aunque contigo no me importaría hacer una excepción.





P.D. June Allyson

16 perdidos en el laberinto:

Anónimo dijo...

Ya sois varias las mujeres que me hacéis dudar si estamos en otoño o en primavera. Será cosa del cambio climático que también empieza a afectaros, revolucionando vuestro cuerpo y vuestra mente.

guille dijo...

Es lo mejor que le he leido en tiempo.

No por la calidad -sabe que muchas de sus entradas tienen el valor de cuentos cortos para mi- sino porque me ha llegado.

Lo que dice de tener pareja es lo que yo creo. Saber que esta.

Y el sexo esta hecho para disfrutar, no para competir o batir records (aunque algunos no esta mal hacerlo).

¡Ah! Quererte por costumbre es quedarse con alguien a pesar del aburrimiento, de la falta de comunicacion. Elegir eso porque hace falta valos para saltar de un barco que naufraga.

La costumbre de llegar a casa y encontrar la persona que la convierte en hogar es una maravilla (que hay que renovar constantemente).

Los mensajes obscenos son faciles, pero cansan...mejor no dar el telefono para eso.
Si para una aparicion casi diaria, para un "hola, te tengo en la cabeza (o donde sea que la tiene)".

Haz la excepcion, cerraras el circulo.

Daeddalus dijo...

No sé en esos otros casos, Anto, pero a mí no me gusta la primavera y al margen de cierta tendencia a la astenia primaveral, no tiende a alterarme nada. Me gusta en cambio el otoño, y no digamos ya el cambio de estaciones, no sería capaz de vivir en un lugar sin transiciones; pero tampoco nada que ver en este caso.

Anónimo dijo...

El caso es que cada vez parecéis más complicadas. Yo por lo menos no sé por dónde cogeros. A mí sí que me alteráis jajaja

Daeddalus dijo...

Ésa es la rutina a la que yo aspiro, Guille... y sí, esos son los mensajes que yo querría recibir...

Daeddalus dijo...

Yo soy tremendamente simple, Anto. Soy poco más que un mapa con coordenadas y cuatro puntos cardinales.

guille dijo...

Ya sabe usted que para recibir esas llamadas tienen que poseer su numero mas personas que las dos (tres) que actualmente tienen ese privilegio.

Valeeeeeee, tambian hay que poseer la persona de la que se desean las llamadas.

Anónimo dijo...

Si eso fuera verdad, estarías más descifrada que el código da Vinci, así que permíteme que lo dude.

Iván dijo...

"Deje su mensaje después de oir la señal piiiiiiiiiiii"

- ¿Eva quieres un mensaje obsceno? pues ahí tienes el mío:


Los cinco bancos principales de España, consiguieron unos beneficios en 2009 que ascendieron a 15.694 millones de euros.

Sí, esos mismos bancos que amenazaron con no poder devolvernos el dinero a los depositarios, si el Gobierno no ponía a su disposición fondos públicos.

Lo mismo no he entendido muy bien tu post pero... ¿acaso hay algo más obsceno que eso?.

Feliz día.

Piiiiiiiiiiiiiiiiiiii

Daeddalus dijo...

Dos personas, Guille, sólo dos... quién es el tercero o tercera.

Aunque si hablamos de mi teléfono móvil, cambia el escenario... ni por esas.

Daeddalus dijo...

Hay mapas que se guardan bajo siete llaves en el cofre del tesoro, Anto...

Daeddalus dijo...

Y no, no digo yo que precisamente yo lo sea, un tesoro, digo... no creo valer mi peso en oro.

Daeddalus dijo...

Touché... Iván :)

P.D. Sepa usted que ha detenido la hemorragia.

Anónimo dijo...

Jajaja, muy bueno. Eres una chica con muchas salidas. Tampoco el oro es lo más valioso del mundo, además de que no es oro todo lo que reluce.

Daeddalus dijo...

Tampoco canela en rama... Sólo es cuestión de aflojar las cuerdas que lo oprimen y el mapa aparece ante ti...

Anónimo dijo...

¡!Ay, Daedd, pero qué triste me he puesto al leerte!! Triste porque lo que aquí dices, y como siempre, muy atinadamente y con palabras bellas, justas y precisas, es la VERDAD pura y dura. Verdad como un templo.

Créeme, no se trata del cambio de estaciones, se trata de la fútil comprensión de la ciencia con CONSciencia... Es decir, de las leyes del amor y el estudio/reflexión de las mismas, pues éstas son más que una ciencia y que un arte (por mucho que lo afirme Eric Fromm en su laureado "El arte de amar").

Yo he tenido la suerte de tenerlo todo en el amor, pero tb de perderlo; con las yemas de mis dedos he rozado el cielo, pero con los pies me he quemado las plantas cuando me hicieron descender a los infiernos.

En resumen, que AMAR es, en realidad y ADEMÁS un verbo IRREGULAR, por mucho que la gramática y los académicos insitan en que es regular): Yo te quiero, tú me ignoras, él me folla... (Conjugando el verbo amar. ¿Lo ves? Es irregular). Aplicable a cualquier mortal, incluso a los ángeles.

¡Vaya rollo acabo de soltar! Pero es que has abierto una caja de pandora a la vez que un estuche de monerías al hablar del amor, del verbo amar y demás vici(o)situdes.

Saludos,

Amber

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