I wanna do bad things with you
Nunca me ha gustado la expresión “viejo verde”. Muchas y muchos la han utilizado para calificar a Fernando Sánchez Dragó a raíz de su artículo en El Mundo y no puedo estar más en desacuerdo.
No me queda claro dónde está el límite, qué edad o qué circunstancias hay que rebasar para pasar de ser un estupendo y exquisito señor maduro con una mujer que podría ser su hija a modo de tercera esposa colgada del brazo, algo que, si bien veladamente criticado, se acepta socialmente (no tanto, curiosamente, si es a la inversa) a ser un “viejo verde”.
¿No tienen derecho las personas de cierta edad a la sexualidad? ¿O de tenerlo sólo es posible que lo tengan con sus coetáneos? Y es que a veces da la impresión de que el sexo (y buena culpa de ello tiene la televisión, el cine y los medios de comunicación en general) está reservado a los más jóvenes, que por supuesto han de ser bellos y lucir cuerpos esculturales (aunque como dijo Coco Chanel nunca se está suficientemente delgado). Se diría que los gordos, los feos y por supuesto los viejos, son seres asexuados o en todo caso condenados al onanismo o a la castidad.
Será porque a mí siempre me han atraído los hombres mayores que yo, en ocasiones bastante más mayores. Siempre he huido de las caras de niño, de los hombres gamba (Cristiano Ronaldo o Rafa Nadal son buenos ejemplos), de la dudosa inmadurez de los veinteañeros, incluso cuando yo lo era, y he centrado mi atención en las canas y en las tarimas, en la madurez del buen hacer en la cama. Prefiero a un hombre con arrugas en el alma.
Y me da igual que el señor Dragó sea un petardo, un egocéntrico, una auténtica bestia parda, que se haya acostado con más de mil mujeres y presuma de ello, que no estemos de acuerdo en más de cien y una cosas porque lo encuentro encantadoramente descarado, políticamente incorrecto y absolutamente adorable desde hace un buen puñado de años (tendré que hacérmelo mirar un día de estos, lo sé, pero no por el momento). Fíjense ustedes que de haber oído el llamamiento que lanzó me hubiese presentado voluntaria sin pensármelo dos veces para poner a prueba su ingesta de Cialis.
No me queda claro dónde está el límite, qué edad o qué circunstancias hay que rebasar para pasar de ser un estupendo y exquisito señor maduro con una mujer que podría ser su hija a modo de tercera esposa colgada del brazo, algo que, si bien veladamente criticado, se acepta socialmente (no tanto, curiosamente, si es a la inversa) a ser un “viejo verde”.
¿No tienen derecho las personas de cierta edad a la sexualidad? ¿O de tenerlo sólo es posible que lo tengan con sus coetáneos? Y es que a veces da la impresión de que el sexo (y buena culpa de ello tiene la televisión, el cine y los medios de comunicación en general) está reservado a los más jóvenes, que por supuesto han de ser bellos y lucir cuerpos esculturales (aunque como dijo Coco Chanel nunca se está suficientemente delgado). Se diría que los gordos, los feos y por supuesto los viejos, son seres asexuados o en todo caso condenados al onanismo o a la castidad.
Será porque a mí siempre me han atraído los hombres mayores que yo, en ocasiones bastante más mayores. Siempre he huido de las caras de niño, de los hombres gamba (Cristiano Ronaldo o Rafa Nadal son buenos ejemplos), de la dudosa inmadurez de los veinteañeros, incluso cuando yo lo era, y he centrado mi atención en las canas y en las tarimas, en la madurez del buen hacer en la cama. Prefiero a un hombre con arrugas en el alma.
Y me da igual que el señor Dragó sea un petardo, un egocéntrico, una auténtica bestia parda, que se haya acostado con más de mil mujeres y presuma de ello, que no estemos de acuerdo en más de cien y una cosas porque lo encuentro encantadoramente descarado, políticamente incorrecto y absolutamente adorable desde hace un buen puñado de años (tendré que hacérmelo mirar un día de estos, lo sé, pero no por el momento). Fíjense ustedes que de haber oído el llamamiento que lanzó me hubiese presentado voluntaria sin pensármelo dos veces para poner a prueba su ingesta de Cialis.
12 perdidos en el laberinto:
Pues estoy de acuerdo contigo.
La experiencia que te conté en un anterior comentario fue hace muchos años, y quizá mi cabreo fue por no tener una contestación a la altura de su ataque (no tenía las tablas de ahora).
Pero hoy en día lo veo en la tele, y sobre todo, cuando lo escucho con la Otero o la Gemio...me parto y me gustaría con su edad (73 años) tener ese descaro y esas ganas por vivir. No me extraña que busque mujeres más jóvenes, es de cajón.
Por el mismo motivo me pasa lo que a ti...los Cristianos y Cía no me dicen ná, pero ná de ná...
siempre estás a tiempo a ofrecerte a hacerle una felatio al puto facha ese
O a ti, no?
El "puto facha", que corrió delante de los grises y conjuró con sus compañeros de universidad contra el generalito, fue quien defendió la emisión de "La Última Tentación de Cristo" en TVE (la misma película que provocó que las monjas y los beatos rezaran en la puerta de los cines por el alma putrefacta de los que acudían a ver la última de Scorsese) y quien me dijo, al firmame su "Kokoro" en la feria del libro del año pasado: "Pero eres demasiado joven para recordar aquello", cuando le recordé que era un crío cuando le vi tratando de hacer pensar a quien no sabe hacerlo en aquella ocasión. Luego trató de venderme otro de sus libros, del mismo modo que trató de ligar con dos chicas este mismo año (me lo ha contado alguien muy querido) escribiendo su teléfono al lado de su firma. Él es así. O le amas o le odias. Ya dijo Jonathan Swift que el único modo de reconocer a un genio es al ver como todos los demás se conjuran contra él. Su literatura me aburre, pero él me encandila. Su entrevista con Jaime Bayly (otro que tal baila) en Telemadrid, es material necesario para noches en blanco. En ella, el peruano se lamentaba de que siendo tan joven (poco más de cuarenta años) ni siquiera el Cialis le servía de mucho. Por contra, Dragó le insistía en que perseverase...
Curvo (leí aquella entrada tuya), ególatra, divertido, consecuente con su filosofía de no creer en lo evidente, fustigador de fanáticos de todo tipo, excesivo a veces, parco otras muchas, seguro-inseguro, padre de la maravillosa Ayanta Barilli y capaz de "meterla blanda" (así lo aseguró en una ocasión). Cómo no quererle.
El sexo oral, por cierto, le encanta (como a todo el mundo) en ambas direcciones. Así lo ha confesado con frecuencia.
¿FSD corriendo delante de los grises? Sería puro snobismo, sí, ya lo practicaba entonces. Siempre ha tenido las espaldas bien cubiertas el cabestro inflado. Lo de politicamente incorrecto lo creería si le hubiera escuchado una sola vez criticar a su protectora Esperanza Aguirre, pero no, él se mete con Zapatero y ahí se piensa que se forja su leyenda, pero ni una palabra, NI UNA, contra quien le paga con nuestros impuestos, y no solo no la critica sino que la pelotea con la risión que produce que un anciano tenga que andar con estas cosas. Fernando Sánchez Dragó es un botarate infatuado que primero recoge las palanganas y después sorbe las miasmas.
Además creo que fernandín carece del más mínimo talento literario. Presume de haber tenido una vida trepidante y soltárnoslo con esa entonación tan pedante, tan de encantado de haberse conocido, cuando el abuelete no tiene ni la menor gracia ni la menor chispa ni la menor mordacidad ni la menor sorna. La mediocridad de FSD es éticamente envilecedora.
Qué arte tienes, niña.
Jajaja, me encantas, Dae. Yo me apunto a lo que proponga Dragó, dicen que es culiadicto y fetichista de culos. Debe de ser fascinante tener el nalgar cerca de la dentadura de un tipo tan sexy.
¡Ay, Dios!
En fin, seguirá sin cerrarse el tema por siempre. Y el día que se cierre el debate sobre el sexo, nos aburriremos un poco más.
Mientras tanto, lo que decían. No se prive.
Un abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
El puto facha estuvo en la carcel en sus tiempos y no precisamente por ejercer la sodomía. En todo caso sus inclinaciones políticas ni me van ni me vienen, muchos años antes de que se supiese la existencia de doña Esperanza y cuando se hablaba del milenarismo a mí ya me tenía rendida a sus pies. Sospecho de todas formas que si sus últimas inclinaciones po´líticas no se dirigieran hacia la derecha, la izquierda bien pensante, ésa que nos dice que es lo correcto, le tendría en los altares de su gloria. Pero vamos, para uno que les sale díscolo, bienvenido sea
Añado algo más, sin ánimo de generar más polémica (todo el mundo el dueño de pensar cómo desee). Dragó llevó como invitado a su noticiero nocturo a Joaquín Sabina en una ocasión. El cantante cargó con saña y frecuencia contra el gobierno de doña Espe (en mi opinión, nefasto) y en particular contra Curri Valenzuela, aunténtico esbirro del poder. Él dejó hacer e impidió que sus palabras fueran censuradas. En otras ocasiones ha invitado a combativos escritores de la izquierda más radical a sus programas literarios de la cadena. Las críticas vertidas por éstos han sido con frecuencia sangrantes para el poder... él dejó hablar y no censuró. Ahora no dice una mala palabra de doña Espe como nunca la dijo de Felipe González mientras trabajó en TVE durante su mandato. Nunca he escuchado, de hecho, a ningún miembro de la cadena estatal pronunciar una velada crítica contra el presidente Zapatero como nadie lo hace contra doña Espe en Telemadrid. Es curioso que en sus programas sea el único lugar en el que he escuchado voces discordantes.
Publicar un comentario