jueves, marzo 10, 2011

En blanco



Hace unos cuantos días veía "Entre les murs", película francesa que se estrenó hace un par de años y ganó en su momento la Palma de Oro en el Festival de Cannes.

Aplaudida y aclamada por crítica, desconozco su impacto en la taquilla, a mí me ´gustó, pese a dejarme la sensación de estar ante una película en exceso pretenciosa y especialmente muy, pero que muy tramposa en la que ficción y realidad se entremezclan, y a una no le queda de todo claro si es película o falso documental (aunque este último hecho carezca de importancia).

En un momento dado, al final de la película, cuando Monsieur Marin pregunta a sus alumnos qué han aprendido a lo largo del curso, Esmeralda, y Esmeralda es bien, dice algo así como que no ha aprendido nada, pero que durante unas vacaciones leyó "La República", de un tal Platón, lo encontró por la casa. Y teniendo en cuenta que Esmeralda es una alumna de catorce años de un instituto de la periferia de París, en un barrio deprimido y multicultural, con problemas de aprendizaje, déficit de atención y un largo etc, suena poco, muy poco creíble, especialmente cuando empieza a desgranar el argumento.

Supongo que el guionista-director-actor protagonista pretende vender, entre otras, la idea de que la educación está más allá de los muros del colegio, y demostrar que en "la calle" también se aprende, como confrontación a la perversidad del sistema educativo (en este caso el francés). Y eso me ha hecho pensar en mi incapacidad para aprender nada que no estuviera en los libros. desde que tengo uso de razón y fui escolarizada a los tres años (e incluso antes).

Me comunico mejor por escrito, me expreson con mayor claridad y coherencia. Recito de memoria. Razono fórmulas matemáticas. Enumero listas y clasificaciones. Leo, subrayo y analizo. Pero nada existe para mí más allá de la palabra impresa. Ni siquiera los sentimientos o las emociones. Siempre son otros los que viven, van y lo cuentan... yo lo leo y lo hago mío, pero nunca en primera persona.

P.D. Anne Bancroft en "El milagro de Anna Sullivan"

4 perdidos en el laberinto:

palabricas dijo...

Vi "La Clase" hace cosa de un mes. No tengo muy clara mi opinión sobre la película, cargada de tópicos y realidades sobre el mundo estudiantil. Cuanto menos, es interesante... Eso si, las comparaciones son odiosas ¡pero esto aquí no pasa! (al menos no así, por suerte)

Fiebre dijo...

DAE No sé si te he entendido bien, pero no acabo de estar del todo de acuerdo contigo.
En la calle se aprende, ya lo creo.
Hay que estar más que emocionalmente abierta, yo diría que libre de prejuicios.

Fui escolarizada a los 6, pero me aburría como una ostra porque tengo una madre que me dio lo que ella no tuvo y se tomó la paciencia de estimular mis intereses. Con tres años leía perfectamente. Más tarde aprendí a hacer a través de los libros todo lo que enumeras.

Pero salí a la calle muy pronto y completamente sola.
Y la inteligencia emocional -término tan manido hoy en día- influye mucho también en nuestra personalidad.

Hoy en día tengo mucha menos capacidad de aprender ´a través de los libros´...digamos que perdí mis suprahabilidades intelectuales en pro de aprender, y hacer mías in situ algunas cosas sobre el desgaste emocional, empatías, bajezas y alturas humanas...

Probablemente tú eres mucho más buena persona que yo; a veces soy muy cínica y voy a lo mío porque lo que leo no me conmueve, pero a cambio te veo demasiado ´aséptica´ con la vida.
Como si pasara a tu lado y tu fueras una mera espectadora.

Y precisamente tú, que te gustan tanto las actrices en blanco y negro...

Daeddalus dijo...

Fiebre: Pues me has entendido y no me has entendido... creo, o tal vez soy yo la que no te he entendido a ti :).

Porque yo sí estoy completamente de acuerdo con lo que dices y llegas al punto del que yo quería hablar sin hablar de ello, la inteligencia emocional, o en concreto mi nula inteligencia emocional, en contrapartida, presuntamente, con la convencional, que parece sí poseo (o eso me han dicho siempre desde que tengo uso de razón).

Y tal vez se trate precisamente eso, de que vivo como en mitad de un rodaje de una película en blanco y negro, hasta que el director dice "corten" y entonces me despojo del vestuario y del maquillaje, me voy a casa y me siento en el sofá a ver pasar mi vida (y la de los demás) en una pantalla de televisor.

Vir dijo...

Participa, al principio es difícil, solo al principio. Beso

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