Estaba pensando, para alimentar mi egocentrismo natural, que cada vez me interesan menos blogs, que no me apetece demasiado leer, y menos comentar; que la mayoría de las veces paso de puntillas y trato de no hacer ruido e irme sin dejar huella.
Hay sitios que sigo visitando todos los días, incluso desde hace años; en ocasiones hasta varias veces a lo largo del día aunque no haya nuevo publicado y simplemente me dedique a releer lo que ya leí horas antes. No sé por qué hay personas que se me meten en las tripas, aunque no sepa nada de ellas o lo que cuenten sea pura ficción, pese a que una se dibuja un mapa mental en la cabeza, unas coordenadas vitales y trata de imaginarse cómo sería encontrarse un día con ellas. Y me pregunto si ellas saben que yo estoy detrás de la pantalla leyendo, fagocitando, alimentándome de sus palabras, de lo que cuentan, de lo que venden, de lo que transmiten. Si alguna vez se fijaron en los escasos comentarios que dejo en estos casos, que las palabras siempre son vacías aunque a veces se me escapen porque un cuchillo se me ha clavado en el pecho.
Hay gente a la que sigo desde hace mucho tiempo, a los que admiro y he hecho declaración pública de admiración. Podría nombrarlos a modo homenaje, pero no sería justo porque muchos se me quedarían en el tintero. Aunque muchos ni lo sepan, porque no hago ruido y cuando lo hago parece que simplemente pasaba por ahí; y otros, espero, que lo hayan intuido.
En cambio a los otros, a los que nombraba antes, los que como bien cantaba quién ya tú sabes, got a head-on collision, smashin' in my guts, man, no los admiro, los envidio, que no viene a ser lo mismo. Y les temo, un poco, lo justo, lo necesario, lo suficiente... por lo que me hacen sentir, que no comprendo, ni sé manejar. Por lo que me hacen imaginar. Porque a veces eso lo tendría que haber escrito yo y otras veces querría que esas palabras fueran dirigidas a mí, porque siento la necesidad de borrar con mi mano esas lágrimas que sólo yo veo o ser la protagonista de esa historia. Porque sé que a veces hablan de mí aunque no lo hagan o siento que le hablan a alguien a quien yo querría dirigirme. Porque quiero seguir leyendo... pese a todo.
P.D. Joanne Woodward
5 perdidos en el laberinto:
Me ha gustado tu declaración y comparto casi todo, gracias. Yo también entro de puntillas, con permiso???
saludos.
Me interesan cada vez menos blogs. En realidad sigo los de siempre, con incorporaciones que van y vienen, pero con el mismo bloque fijo desde casi el inicio.
PD: La chica que ha puesto en su perfil se parece mucho a usted. :)
A pesar del poco tiempo que llevo en este mundillo de los blogs, ya son unas cuantas las personas a las que he cogido un gran aprecio. Es un mundo muy cambiante, cosa que sabrás tú mejor que yo, pues llevas casi 5 años en él. La primera persona a la que conocí fue Fiebre, por casualidades de la vida. En su casa dejé mi primer comentario, algo de lo que todavía me sorprendo. Gracias a él me siguió a mi casa, y me sacó de las sombras. Se lo agradeceré toda la vida, pues gracias al blog he conocido y me he conocido.
¿Acaso no nos cruzamos, a diario, en la calle, con personas capaces de provocar en nosotros un verdadero fogonazo interior? Lo que tú has querido juzgar como egocentrismo, yo lo calificaría de sintonía/empatía/atracción. Por eso eres capaz de sentirte personaje y protagonista de las historias que ellos cuentan, y por eso esos blogs son los que repites incesantemente y los seguirás visitando a diario por muchos años que pasen.
Me gusta el título de tu blog. Hace lo mejor que se puede hacer por una persona a diario: «hacerle esbozar una sonrisa».
No hace falta que lo jures, por eso cada vez te escribe menos gente, eres ta egocentrica que solo te lees tu y a ti misma, acabaras cerrando por derribo, en el fondo lo único que das es pena. tómate unas vacaciones o como alguien te escribio reconciliate contigo misma pq a los demas ya nos tienes hartos con el mismo tema. Si al menos tuvieras un polvo, y ya no digo ni bueno
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