Piedras en el camino
"I stood on the rails till I saw that train
Just to see how my heart would react
Now some people say that you shouldn't tempt fate
And for them I would not disagree
But I never learned nothing from playing it safe
I say fate should not tempt me
[...]
I've crossed lines of words and wire and both have cut me deep
I've been frozen out and I've been on fire and the tears are mine to weep
Now I can cry until I laugh and laugh until I cry
So cut the deck right in half, I'll play from either side
[...]"
I take my chances - Mary Chapin Carpenter
Este fin de semana no debía estar aquí. Ayer me esperaban con los brazos abiertos fuera de Oviedo para merendar. Pero acabé por encontrarme demasiado cansada. Una excusa tan mala como otra cualquiera aunque me había levantado a las seis, fichado a las siete y abandonado el trabajo a las dos para subir al coche y largarme y por tanto llegar cuanto antes.
A las dos y diez estaba en casa. A las dos y doce minutos me subía al coche pero tomé la dirección contraria en la autopista y acabé en Ikea de forma quizás no del todo inconsciente y sufriendo un ataque de compras compulsiva. Aunque adoro esa tienda, especialmente sus precios y paquetes planos, nada peor que una casa cien por cien Ikea; y la mía va por el camino de convertirse precisamente en eso. Concretamente cuando mi hermana C. me pedía que le enviara una foto para ver como había quedado finalmente mi dormitorio (sí, finalmente me he comprado una cama y he dejado de dormir en el suelo) la remití a la página 145 del catálogo Ikea 2010.
Después, claro, vienen el arrepentimiento y las devoluciones, y los paquetes que ya no son tan planos y (me)prometo estar el sábado para la comida. Pero me levanto tarde (para un día que puedo permitírmelo y ayer me dieron las tantas viendo Callejeros -algún día tengo que hablar de las despedidas de solteros y solteras -y leyendo ese libro sin fin que es El asedio de Pérez-Reverte) y sin ganas y con lluvia y acabo de lavar el coche y... (me)prometo hacer acto de presencia en el brunch del domingo (qué cursi se ha vuelto alguna gente de un tiempo a esta parte), aunque tenga serias dudas de cumplir mi promesa y sigo en casa y bajo las persianas y escucho a Billie Holliday mientras extraño fumarme un cigarro y una botella de ginebra. Luego me paso buena parte de este sábado (aún le queda un buen trecho) viendo cuatro capitulos de Fringe seguidos (sin tabaco ni ginebra) -serie que tiene el honor de conseguir que tape mis ojos con las manos apartando la vista de la pantalla una media de dos veces seguidas por capítulo- y me emociono al reconocer una calle de Boston, aunque sólo haya estado una vez en mi vida allí, walking the red line, y Boston me pareciera una ciudad tan anodina y digna de recuerdo como cualquier otra. Y ahora me voy al supermercado de la esquina a comprarme unas cervezas (con limón) y algo de comer (no sólo de señaldá vive el hombre, en este caso la mujer) para seguir tapándome los ojos viendo Fringe y emocionándome con las empinadas calles de Beacon Hill.
P.D. 1 Lupe Vélez
P.D. 2 En realidad no sólo vi Callejeros. También seguí todos los detalles de la boda de Dolores "si me queréis irse" Lolita Lola (Flores). Zapeaba yo y ojiplática y patidifusa me quedé cuando me encuentro con Jorge Javier Vodkas preguntándole a Juan el Golosina si estaba borracho, y el Juanillo, que tiempo le ha faltao para salir de la boda y plantarse en el plató para cascarlo, asegura estar no borracho, sino ciego; y a fe mía, y a la de Rossy de Palma, que era cierto. Porque esa es otra, qué pinta Rossy de Palma vestida de boda (estaba guapa y todo, aunque ustedes no se lo crean) en un programa de televisión hablando de una boda que no es la suya y contando que ha comido carabineros.
1 perdidos en el laberinto:
Los catálogos del Ikea son mas peligrosos que un tiroteo en un ascensor.
Siempre suyo
Un completo gilipollas
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