Dudas y regalos
-¿Qué quieres que te traiga de Londres? (léase London, la pendantería nunca jugó a su favor. Los tópicos, tampoco).
-Nada (yo raramente vuelvo con regalos de mis viajes, excepto que sean para mí misma. Obvio que las excepciones se rompen de cuando en cuando, pero ni quiero ni exijo reciprocidad).
-Siempre decís lo mismo y en realidad queréis algo (no me molesto en preguntar a quién engloba en esa segunda persona del plural).
-Conoces mis gustos, y especialmente mis disgustos (me rindo fácilmente)... pero por favor, si te empeñas, que no sea una de esas horribles (e inútiles) bolsas de Harrods.
Y me trajo una bolsa de Eclairs, perdición en mi infancia y que hacía siglos que no probaba. Bueno, en realidad un par de meses (pero pasaron siglos desde mi infancia hasta ese par de meses, en Cambridge)... Aún sigo dándole las gracias, a veces soy de un simple...
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