Dust in the wind
[Anoche, parafraseando a Daphne du Maurier, soñé que volvía a Nürnberg. Las pocas horas que dormí se vieron revueltas con sueños extraños y confusos, y uno de ellos fue el que me despertó y me impidió seguir durmiendo.
Reviví historias, circunstancias y situaciones reales y pasadas. Pero los protagonistas no eran los de entonces, era el mismo escenario y se representaba el mismo guión, pero las caras eran distintas; las de personas que entonces no conocía y tardarían muchos años en aparecer, aunque sólo haya sido rozándola, en mi vida.
Caminando por las orillas heladas del Pegnitz hacia la Andrei-Sajarov-Platz. Fue largo aquel invierno... y ya se avecina el siguiente.]
Cerrabas los ojos y entonabas siempre la misma canción y en tus labios sonaba distinta. Ohne Sahne, latte macchiato para tí. Olvidando las llaves en los rincones de las urgencias. Los posavasos centinelas de nuestras cervezas mientras trataba de enseñarte las reglas del mus. La cama como una cuna con el colchón marcando nuestras cadencias. La humedad hasta los huesos corriendo de madrugada por las heladas calles. Las tazas robadas de Glühwine reservadas para el mate. El blanco suelo de tarima cojeando con peligro inminente de vencerse el viejo armario heredado. Pan negro y mantequilla aliñados con ron y maría. Estaciones de tren siempre mirando al este. La verde Irlanda que tanto me recuerda a casa. Boinas de Bordeaux y geranios. El verano que no llega y cuando lo hace siempre se queda corto. Codillo en el Elbsee bañándonos desnudos en el lago helado. Venecia en la distancia y poemas para leer en tranvía...
Cuesta creer que en algún momento fuimos felices ahora que hemos dejado de serlo y lo somos por separado.
7 perdidos en el laberinto:
Uno: Este es el tipo de cancion que a los quince segundos de estar escuchando creo que la he oido toda mi vida, y me enganchan totalmente.
Esas que parecen tener un tono trista (nunca lloroso) y te cuentan una historia.
Dos: He aqui otra vez un cuento corto magistral. Tu facilidad para trasmitir con palabras roza lo extraordinario.
Tres: Es cierto que, a veces, colocamos en el tiempo y lugar donde fuimos felices a los "nuevos". A las personas que han aparecido en nuestras vidas y nos rodean en el momento actual. Queremos recupererar esos momentos en que eramos dueños del mundo.
Queremos regresar a aquel lugar en el que estuvimos cuando creiamos que siempre seria asi.
Con su permiso, Dae:
"Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son."
(Calderón)
Desde Platón, conocer es recordar, y Proust con una magdalena y un té tuvo suficiente para ir a buscar su tiempo perdido. Este escrito de hoy me ha recordado que una vez supe decir el verso con cierta elegancia... y que en algún momento fuimos felices (por separado).
Y para colmo, suena en el reproductor de 'Windows Media' Querencia por ti, que tampoco viene al caso, pero me apetece compartirlo con Vd.
Huntter.
No queda otra Huntter, cuando no se tiene realidad qué menos que inventarse una medida... aunque sea a base de sueños que se desvanecen al llegar el alba...
Guille: La semana que viene John Hiatt tocará en Barcelona la semana que viene. De ser tú no me lo perdería. Tiene un muy buen puñado de canciones.
Vale, acepto tu recomendación.
¿Te compro entrada?
Ya me gustaría Guille, y de hecho mataría por estar el miércoles en Madrid, pero va a ser que no. Ni siquiera el sábado en Donosti...
Esta vez... lo que sea... ha pasado por delante de mi puerta...
¡Dios! ¡Codillo, no! No me gusta nada.
Publicar un comentario