Tendría que haberme quedado hasta las cinco, pero a las tres me puse la gabardina y me fui. Mañana, tal vez pasado, tocará recuperar el tiempo perdido. Es impresionante lo poco que importa, todo o nada...
Tendría que haber pasado por casa, cambiarme de zapatos y dejar mi maxi-bolso cargado de cachivaches inservibles, un libro y dos carpetas de apuntes. Pero también llevo el Ipod y ha salido el sol y no tengo hambre, así que paso de largo por delante del portal de mi casa y me encamino hacia el Parque de Invierno. Suena Silvio, aunque no acabe de entender por qué tengo a Silvio en mi Ipod, o tal vez se me ha olvidado, que yo no soy nada, o muy poco, de Silvio. Pero suena "La gota de rocío" y se queda y yo tarareo y recuerdo cuando la cantábamos al filo de la madrugada en Nordfriedhof. Y sonrío, aunque no tenga motivos para hacerlo, pero es lo que tienen los buenos recuerdos, y supongo que yo últimamente me alimento de ellos, de los buenos, de los no tan lejanos; de las sonrisas y las palabras ajenas que llegaron porque sí, sin buscarlas, sin premeditación o alevosía.
Y pienso que el hombre que más me quiso y al que yo nunca supe querer, me ha borrado de su vida; y el que fuera mi mejor amigo me ha borrado de su Facebook. Que el único hombre en muchos meses dispuesto a ocupar el lado izquierdo de mi cama aunque yo nunca le invitara apareció en tan mal momento de su vida que ha decidido borrar mi número de móvil para no sentirse tentado a llamarme a deshoras. Que mi mejor amiga me dice que ese tipo que conocimos el fin de semana pasado y que desde entonces no ha dejado de llamarme sería el perfecto padre de mis hijos; y aunque no dude de su bondad, honestidad, sinceridad y otro buen montón de palabras que acaban en -ad, ya he dejado de cogerle el teléfono; sería fácil, y perfecto, y hermoso, saber corresponder al que sin duda sería el tipo adecuado. Que puede que no pueda ascender hasta dentro de dos o tres años y que los traslados vuelven a retrasarse por enésima vez y por tanto sigo condenada siete horas al día y una tarde a la semana, al vacío más absoluto. Que ayer fue el cumpleaños de alguien, al que llamé no menos de cinco veces sin dejar mensaje en el contestador que siempre saltaba, quería felicitar en persona y no lo conseguí; no menos de cinco hermosas llamadas internacionales con su correspondiente coste para mi maltrecha cuenta telefónica. Que hoy tres personas distintas me dijeron que estaba muy guapa, como si eso fuese un mérito y no se debiese a que trataban de ser amables y yo me hubiese peinado y abusado del iluminador. Que en lo que va de semana otras tantas me han dicho que parezco muchísimo más joven de lo que realmente soy, y no, no se referían a mi ingenuidad galopante y a mi inmadurez siempre en tránsito. Que hoy al hijo de una compañera de trabajo de cuatro años, le han diagnosticado determinada patología y que a ella lo que más le preocupa es que vaya a carecer de habilidades sociales y empatía. Y la entiendo y lo comparto, porque a mí todo lo anterior me importa menos que nada, no me preocupa, no le dedico ni una décima de segundo. Hace tiempo que dejé de sentir, que dejé de tener la capacidad ni tan siquiera de ponerme triste... hace tiempo que miro hacia otro lado y ni tan siquiera encuentro el vacío.
Es que es normal que te agarres a los recuerdos buenos, lo que cuentas es muy duro (relaciones que han ido mal, desamores, amigos que dan la espalda...). También es verdad que no sirve de nada que te metan por los ojos a quien sea, por muy maravillosa persona que sea, porque igual no es el momento o tienes el corazón en otra parte. En todo caso, los recuerdos bonitos sirven para alegrarse siempre. Una pena que no pudieras felicitar de viva voz a esa persona...
Estamos en un momento similar en cuanto a lo de las relaciones, el caso es que a mi tampoco me afecta en demasía si mi mejor amigo me ha eliminado del facebook y hace casi un año que no le cojo el teléfono porque no sé exactamente qué espera de mi. Cuando creces, que no necesariamente implica madurar, la vida se va reduciendo a las cosas que importan, que cada vez son menos, y las que no sirven para nada. El amor es cruel, nunca correspondemos al que mejor nos quiere, porque la persona que mejor te quiere jamás te lleva a la locura.
En cuanto al hijo de tu compañera, seguro que tendrá muchas habilidades sociales, los niños son expertos en sobreponerse y salir adelante, cualidad que perdemos de adultos.
Yo de relaciones sociales poco te puedo aconsejar, soy un completo desastre. No cojo el teléfono, no devuelvo llamadas, y la mayoría de las veces prefiero estar sola que acompañada...
Al otro lado, muchas veces no hay nadie. Y en el Sur de mis adentros otras muchas tampoco. No sé si prefiero ese vacío o el vértigo que siento en otras ocasiones cuando me miro dentro y encuentro una multitud en un solo yo. Feliz noche quien quiera que seas y donde quiera que estés. MK42. Pd: tengo un blog llamado "al otro lado" pero apenas escribo, prefiero volcarme en estos otros blog en donde habito.
Fíjate, Daedd, que a pesar de todos los sinsabores que aquí plasmas yo veo una luz brillante intermitente, parpadeante (en medio del túnel) indicando que en el fondo te pasa porque eres sibarita en todo; que el día que menos lo esperes ésa luz dejará de "flashear" y no te dejará cerrar lo ojos y la podrás ver a alma y corazón bien abiertos. Podrás ver los astros sin cegarte.
Te lo digo por lo que tus letras destilan, pues conocerte no te conozco (o sí, sólo por lo que aquí voy leyendo) y destilan una gran sensibilidad por la vida, las personas, las cosas. Ya sabes que no hablo al tuntún, que no digo cosas baladíes.
Si te importa, la vida te importa. Pero has aprendido a vivir con los sobresaltos que van apareciendo. Hay prioridades, y algunos sucesos solo son accesorios.
Y algunas cosas no tan accesorias han pasado por el filtro del tiempo.
Se corresponde a quien el instinto, la piel, elige. Y no siempre lo hacemos con el más adecuado, pero...
Lo que es imposible es corresponder a quien la piel no acepta.
Y es que soy muy mía y a la vez muy del cosmos, muy de las tinajas y de los moldes de galleta, de las vainas y los pomos cromados, de la cola y el carril más lento, de embalsamadores y taxidermistas, del rincón del aburrido; soy muy de los desprendidos de la crítica, fiestas provocadas y tijeretazo en casa, del orden cosas y cosas por vicio. Soy muy de todo esto y de aún más cosas. Sólo espero que alguien me reclame... sería muy violento tener que hacerlo yo misma...
Deja tus paranoias o tus deseos, gritos al aire, diarios, confesiones, declaraciones de amor o de guerra, o simplemente tu firma, tu mensaje, tus besos, saludos o consejo, bromas o entusiasmo, reminiscencias o cañones recortados, y ya descubriremos si tenemos algo de lo que hablar...
Ser ese pincel aguado por la lluvia que esboza en cada bocanada una bahía, dos volcanes y diez maneras de decir lo que deseas. Una bandada de gaviotas. La ginebra. Las noches sin futuro. Una colección de lunas llenas. Las verbenas de barrio. Una tormenta sobre el azul inmenso del océano. Arrastrando la cobija. Tristezas a la carta por alegrías. Billie Holliday rasgando la noche. Una visita imprevista y deslenguada. Los calvos que se quitan el sombrero. Las noches "nuremberianas" al calor del Eulenspiegel repletas de ron, humo y conversaciones. Aquella voz, aquel acento."Mis" poetas: Á. González, Huidobro o Cernuda. La lluvia que parió charcos y barro. Viajar en tranvía. Volar cometas. Un par de botas sucias. El canto del urogallo. Alain Delon en "Rocco y sus hermanos". Caminar sobre hojas secas. Las tímidas que salen respondonas. Aviones que despegan. Las rosas amarillas, los lirios, las violetas. Las raras excepciones. ARJONA (con mayúsculas). Medianoche en una estación de tren. La honestidad brutal de Calamaro. Una tormenta sobre el azul inmenso del océano. Aquella buhardilla en la Peissenbergstr. Silvana Mangano en "Arroz amargo". Pisar charcos. El 14 (y la lluvia) de abril. Mi chupa de cuero. La Coca-Cola (nadie es perfecto). Besos con risas. Silvio y Ojalá como coartada. Lengua con besos. El castellano de Umbral. Esencia de playa y sal de un lugar donde habitaban las gaviotas. Pisar charcos. Un vestido y un amor. Salitre 48. EL hombre del piano. Luka, el niño del 2º piso. Compay y Celia, el son y la salsa de luto. La primera mirada por la ventana al despertarse. Las noches que sonríen en forma de luna. Estoy Bartok de todo. El olor a tiempo desgastado. Simon & Garfunkel. Waits & Cohen. Los trenes que viajan hacia el este. Rosas a Rosalía. En Lisboa, sobre lo mar. El cambio de estaciones. Dylan y su hijo Jakob. Un amanecer en la playa del Silencio. El piano ha estado bebiendo. Puentes que se cruzan en ambos sentidos. El Urriellu. Una Delirium Tremens. Las carreteras secundarias. Un otoño de párpados caídos. Los domingos al sol en el Englischer Garten. Camarón sin camisa. Frambuesas en la tarta. Las sesiones de madrugada. Las montañas mágicas de esta tierra que plantó mi corazón recibiendo el regalo de la lluvia. Chavela por Jose Alfredo. Los labios que aprovechan los rincones más olvidados, más olvidables. Veloso y su fina estampa. El miedo, el futuro incierto, el camino, la búsqueda. Je vous ai apporté des bonbons parce que les fleurs c'est périssable. Los que pudieron ser y no han querido... Dream, baby dream.
6 perdidos en el laberinto:
Es que es normal que te agarres a los recuerdos buenos, lo que cuentas es muy duro (relaciones que han ido mal, desamores, amigos que dan la espalda...). También es verdad que no sirve de nada que te metan por los ojos a quien sea, por muy maravillosa persona que sea, porque igual no es el momento o tienes el corazón en otra parte.
En todo caso, los recuerdos bonitos sirven para alegrarse siempre.
Una pena que no pudieras felicitar de viva voz a esa persona...
Estamos en un momento similar en cuanto a lo de las relaciones, el caso es que a mi tampoco me afecta en demasía si mi mejor amigo me ha eliminado del facebook y hace casi un año que no le cojo el teléfono porque no sé exactamente qué espera de mi. Cuando creces, que no necesariamente implica madurar, la vida se va reduciendo a las cosas que importan, que cada vez son menos, y las que no sirven para nada.
El amor es cruel, nunca correspondemos al que mejor nos quiere, porque la persona que mejor te quiere jamás te lleva a la locura.
En cuanto al hijo de tu compañera, seguro que tendrá muchas habilidades sociales, los niños son expertos en sobreponerse y salir adelante, cualidad que perdemos de adultos.
Yo de relaciones sociales poco te puedo aconsejar, soy un completo desastre. No cojo el teléfono, no devuelvo llamadas, y la mayoría de las veces prefiero estar sola que acompañada...
Al otro lado, muchas veces no hay nadie. Y en el Sur de mis adentros otras muchas tampoco. No sé si prefiero ese vacío o el vértigo que siento en otras ocasiones cuando me miro dentro y encuentro una multitud en un solo yo. Feliz noche quien quiera que seas y donde quiera que estés. MK42. Pd: tengo un blog llamado "al otro lado" pero apenas escribo, prefiero volcarme en estos otros blog en donde habito.
Fíjate, Daedd, que a pesar de todos los sinsabores que aquí plasmas yo veo una luz brillante intermitente, parpadeante (en medio del túnel) indicando que en el fondo te pasa porque eres sibarita en todo; que el día que menos lo esperes ésa luz dejará de "flashear" y no te dejará cerrar lo ojos y la podrás ver a alma y corazón bien abiertos. Podrás ver los astros sin cegarte.
Te lo digo por lo que tus letras destilan, pues conocerte no te conozco (o sí, sólo por lo que aquí voy leyendo) y destilan una gran sensibilidad por la vida, las personas, las cosas. Ya sabes que no hablo al tuntún, que no digo cosas baladíes.
Naaaaa.
No te creo.
Si te importa, la vida te importa. Pero has aprendido a vivir con los sobresaltos que van apareciendo.
Hay prioridades, y algunos sucesos solo son accesorios.
Y algunas cosas no tan accesorias han pasado por el filtro del tiempo.
Se corresponde a quien el instinto, la piel, elige. Y no siempre lo hacemos con el más adecuado, pero...
Lo que es imposible es corresponder a quien la piel no acepta.
Persevera, hay luz. Lo se.
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