lunes, marzo 08, 2010

Perplejidad


Si alguien lo entiende que me lo explique... "Yo jugué a la ruleta rusa del SIDA".

Desde que hace unos días a una incierta hora, “zapeando”, me encontré con un debate de Intereconomía y acabé descubriendo que estaba de acuerdo con lo que allí se exponía, supe que había perdido el norte. Pero esto, no, por más que lo intento, no lo entiendo.

P.D. Pe estaba guapa, a fe mía que sí. Por lo menos no iba de negro.

9 perdidos en el laberinto:

Lolita Lamento dijo...

Hay que ser desgraciao.

hécuba dijo...

En fin...

Anónimo dijo...

No tiene explicación ninguna. Al igual que hay gente que se tira por la ventana de un décimo piso, o se tumba en las vías del tren, o cualquier otra forma de suicidarse sin llevarse a nadie más con él, hay gente que prefiere matarse más lentamente y sufrir. El problema es para su entorno más cercano. Esos serán los que sufran por él, lo que él mismo no sabe apreciar. LA VIDA.

cactus girl dijo...

Ayer leí el artículo en el periódico.

Y todavía no se me ha cerrado la boca.

Mi amiga Alicia se acaba de quedar viuda con 35 años y dos hijos gemelos.

Y otra gente anda por ahí buscándose un virus para estar entretenido.

Hayqueserhijoputa.

Anónimo dijo...

Hace mucho que renuncio (reniego?) a explicarme mi propio comportamiento y el de los demás si no es en términos de esperpento... Parafraseando a Valle Inclán "el sentido trágico de la vida sólo puede ofrecerse con una estética sistemáticamente deformada"... No es más que degradación de la que todos participamos...

Una mala traducción, Vd. disculpe

Vamos a representar!
Y en la farsa,
Riendo su comedia,
Llorando su tragedia,
Verán la vida pasar...

Jacques Plante (Les comediens)

Deleitese con Aznavour...

Huntter

Anónimo dijo...

Querida amiga voy a tratar de explicarselo, no hace mucho caminaba por la calle cimadevilla cuando me encontre que estaban reformando Diego Verdu, a mi, como a usted, no me da tampoco el dinero para dispendios, asi que jamas he comido el turron que esta veterana firma fabrica, me he conformado con lo que venden en el alimerka, que debe de ser peor por lo que dicen mis compañeros de trabajo, pero que a mi me sabe de muerte. Ahora bien ese día hubiese pagado lo que fuese por poder probar el turron de Verdu, lo cual solo puedo explicarme en el convencimiento de que tuve miedo de perder para siempre la posibilidad de haberlo probado.

MORALEJA: La especie humana es incapaz de valorar las cosas cuando las tiene (la salud por ejemplo) y solo las valoramos en su justa medida cuando las perdemos para siempre.

Firmado:
Alguien que sabe lo que es perder y que no volvera a engañarse jamas

Daeddalus dijo...

Estimado Anónimo, a mí el dinero no me da para dispendios, efectivamente, pero es que el turrón de Verdú o los moscovitas de Rialto no lo son, son necesidades vitales. Por lo demás, completamente de acuerdo.

Javier Mardel dijo...

Es la emoción del riesgo, que es un impulso natural. Pero también es natural el de conservación. De manera que, en su sano juicio, a veces la gente busca estímulos radicales que le acerquen al peligro, pero siempre sabiendo que es un riesgo calculado.
En este caso es claro el desfase: las dos aptitudes (la de la estimulación y la de la conservación) están desequilibradas. La conclusión no es subjetiva: estas personas atentan contra lo que son como individuos y como miembros de una especie. No son dueños de su capacidad racional, y eso es lo más triste que puede suceder con un ser humano.
Los animales huyen ante el fuego, indistintamente. Sólo el hombre sabe que puede (qué se lo impide?) lanzarse sobre él.

Anónimo dijo...

El suicidio deberia estar condenado con pena de muerte

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