Negación
Llueve en agosto. Cambiando el fucsia desvaído por rojo, con sorpresa e imprevistos. El sofá ¿Karlstad? de Ikea, marrón chocolate, hace malabarismos en el maletero. Mi voz cansada en Atención al cliente. Odio los centros comerciales en tardes como ésta, refugio de familias con niños chillones y maleducados. Nadie parece entender que ser niño no está reñido con la buena educación, léase no pegar patadas a tu vecina de mesa mientras le derramas el chocolate, sin los churros, por encima de sus, afortunadamente, no tan inmaculados vaqueros. Odio Ikea, llena de parejas que parecen recién salidas de un catálogo de Casa y Jardín, embarazadas en su plenitud acompañadas de madres o suegras, imposible distinguirlas o mujeres maduras presuntamente modernas con su tinte color ciruela debatiéndose entre edredones nórdicos y cocinas Faktum. Odio la autopista atrapada en la niebla, bajo una lluvia que no está en los escritos, parkings abarrotados, semáforos en rojo y atascos interminables... Pero no quiero convertir esto en un catálogo de odios. El día es demasiado gris y hermoso. Aún no ha acabado de amanecer del todo, pocos minutos sobrepasan las siete y la niebla y la lluvia se confunden entre la oscuridad que no permite divisar el Aramo, solaz en mis ratos de ocio a través de mi ventana cuando imagino cumbres más altas. No parece viernes, no parece inicios de agosto. Y esta doble negación me gusta. Hoy hace juego con mi rímmel.
8 perdidos en el laberinto:
perdona mi indiscrepción,
pero el unico odio que leo en tus letras, es que odias pasar esos momentos sola.
En uno de esos descansos que crees que necesitas hacer para no seguir estudiando, he ido a parar aquí vete tú a saber cómo. Y me he enamorado de como escribes. Así que lo lamento, pero voy a pasarme más veces por aquí ;)
Un auténtico placer.
Los días son grises, y pueden llegar a serlo aún mas. La experiencia me dice que hoy será para mi uno de esos días horribles (ayer salí por la noche y bebí demasiado, esto me ennublece el ánimo)
Esta semana, el martes, estuve en La Sierra del Aramo, subiendo el Angliru con mi "burra". Que muro!! cuando pasé la Cueña Les Cabres creí que el mundo se me venía encima.
He llegado aquí por medio del blog Jaytower's Place. Veo que eres una enamorada de Bruce....
un saludo
Anónimo... estaba acompañada.
El placer es mío, Desilusionista. Espero que tu enamoramiento dure y perdure. Yo soy poco dada a los flechazos y a las relaciones one night stand.
Odio las resacas, eso hace que sienta que mis días son grises, y aunque me gusta el gris, tiene muchas tonalidades, y el de las mañanas de resaca huele a tiempo mal empleado, a tabaco ajeno y a aspirinas.
Sólo puedo felicitarte y envidiar tu estado de forma si conseguiste sobrevivir sin bajarte de la bici a la Cueña les cabres.
Por cierto, si vienes del blog de Jaytower, vienes de un sitio inmejorable, sólo espero que éste no te decepcione.
En Madrid casi nunca llueve en agosto. A veces, muchas veces, sopla el viento del norte y las calles se congelan a 22º. Paradójas mesetarias. Odio Ikea y sus cervezas suecas que no saben a cerveza. Sus pasillos uniformes que simulan ser casas ideales para nuevas repúblicas independientes. De hecho, voy poco por allí. Y a veces me divierte ver a tipos encorbatados extrayendo docenas de lápiceritos de las máquinas expendedoras gratuítas.
Nunca he probado la cerveza sueca, y nunca he robado esos lápices minúsculos, nunca escribo a lápiz y nunca he robado nada.
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