martes, julio 21, 2009

Esto no es política, probablemente el único tema del que no pienso hablar nunca, pero he leído esto esta mañana en El Mundo, y en fin, no puedo evitarlo.

Ante todo, eso sí, partiendo de la idea de que efectivamente el hombre llegara a la Luna y no sea todo un camelo. Pero a lo que voy. Palabras de ese individuo llamado Francisco Franco Martínez Bordiú justificando (cito literalmente) el hecho de que el fragmento de suelo selenita que el Gobierno de EEUU dió al Jefe de Estado español en julio de 1973 nunca se donara a un museo, sino que siempre estuvo en su despacho del Palacio de El Pardo, y posteriormente, tras su muerte, en el domicilio de su hija, Carmen Franco Polo:

- Como mi madre es una mujer con muchas cosas en muchas casas, en algún traslado o al redecorar alguna habitación, al final debió extraviarse.

A mí es que la gente bien me “mata”.

2 perdidos en el laberinto:

El Buscador de Miradas dijo...

Lo de la luna es poco creíble (menos aún la retransmisión en directo en el año 69), pero lo del trozo de suelo selenita, vamos, un pedrusco del desierto de Arizona es lo que le darían los yankis a Franco.

Por lo demás, cualquier excusa es buena con tal de evitar que termine en un museo.

Alex dijo...

Por lo general, la gente bien aburre. No hay pecado mayor.

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