Entre (buenas) amigas
Su intuición nunca la abandona. De ello presume. De poseer ojo clínico, de no equivocarse nunca. Juez y parte en todos los asuntos. Siempre dispuesta a dar una opinión que nadie le ha pedido. No importa que nadie siga sus dictados o consejos. No es ésa su pretensión. Se conforma con ser escuchada. Bien, yo la escucho, atentamente o eso parece, incluso asiento y de tanto en tanto le doy la razón de forma efusiva, pero no pienso hacerle ni puñetero caso, que si de algo soy dueña es de mis fracasos, el próximo me espera a la vuelta de la esquina, a mí la intuición tampoco me falta ni me falla.
0 perdidos en el laberinto:
Publicar un comentario