miércoles, junio 08, 2011

Abriendo de par en par la ventana... tal vez así entre definitivamente la luz


Debo confesar que recibí con bastante indiferencia la notica de la muerte de Jorge Semprún esta mañana. Mi único comentario debió de aludir a su edad, que al fin y al cabo era un hombre ya de venerable edad. Supongo que los menos le recordarán como ministro de Cultura, otros como escritor y alguno hasta se despidió de Federico Sánchez. En todo caso hubo un tiempo en el que me sentí fascinada por la figura de este hombre. En realidad fue un tiempo de fácil fascinación y cualquier persona que hablase al menos dos idiomas y hubiese cruzado alguna frontera producía ese efecto en mí.

No consigo recordar cómo llegué a él o cuál fue el primero de sus libros en caer en mis manos. Sí recuerdo haber leído "Federico Sánchez se despide de ustedes", un ejemplar en español sustraído de la biblioteca municipal de Nürnberg y pasar más de tres tardes sobre el cesped de la Wöhrder Wiese en una incipiente primavera. Fueron buenos tiempos aquellos, tenía que haberlos recordado esta mañana al leer la noticia en la edición digital de un periódico que no recuerdo. Pero esta mañana estaba demasiado ocupada en desenredar telarañas en mi mente. En despejarme y alejar los sueños de una noche pasada en vela tratando de alejar la tristeza, que por una vez no era mía. Aunque ya sabemos todos lo puñetera que es ésta, y el afán de protagonismo y de contagio que tiene, que todo lo que toca...



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