Cuenta atrás
De cuando en cuando nos encontrábamos en las escaleras. Él subía, yo bajaba, subíamos ambos. Alguna vez, pocas (raramente lo uso), en el ascensor. Y como S. conoce a todo el mundo (es lo que tiene trabajar en personal), me lo medio presentó. Acá El hombre sin memoria, de este lado Dae. Y entonces pasamos a saludarnos cada vez que nos encontrábamos subiendo o bajando, obviando hablar del tiempo y del estado de nuestra salud, siempre tenemos el 5% y la bien merecida mala fama de los funcionarios. De los saludos pasamos a las sonrisas, a un café de cuando en cuando y al 'a ver cuando quedamos un viernes a tomarnos una caña a la salida a las dos'. Y llegaron las cañas un viernes, y repetimos al siguiente.
Tras los últimos e infructuosos empeños de un par de estimados amigos por colocarme un novio, fracasos rotundos ambos; ya conté hace poco que no estoy muy por la labor, será que ni ellos ni yo estábamos a la altura; lo último que me apetecía era entrar de nuevo en ese juego. Por otro lado jamás he pretendido yo ligar en el trabajo, pero cómo decirle no a El hombre sin memoria, tan razonablemente aparente y tan suficientemente ingenioso. Y ayer allá que nos fuimos aceptando su invitación a comer. Sólo dispongo de una hora, advierto, que hoy me toca trabajar hasta bien entrada la tarde. Y mejor así. Me gusta tener en las primeras ¿citas? una excusa convincente y a ser posible real por si es necesario salir por pies antes de lo previsto.
Yo sólo bebo agua, así soy de vulgar, y de ser sinceros, motivos para brindar no tenía. Él en cambio se pide su vinito, nada que objetar; y tras repasar la carta y ordenar los respectivos platos, me lo dice... Me dice que debemos ser discretos, y yo no entiendo. En todo caso yo considero soy discreta por naturaleza, pero el plural no acabo de pillarlo. No hay cuidado, él me lo aclara sin dar tiempo a que llegue el entrante; ya sabes, estoy casado. Y no, yo no sé, aunque acabo de saber, y como soy tan discreta, discreta de la muerte, me levanto y me voy. Si es que...
P.D. Shirley McLaine y Jack Lemmon en "The apartment".
P.D. Shirley McLaine y Jack Lemmon en "The apartment".
22 perdidos en el laberinto:
Uff, que identificado con tus palabras me siento hoy...me ha gustado mucho tu blog, y no solo por el blanco y negro que es lo mio, si no por tus palabras también, me gusta como escribes. Un saludo
Una pregunta, bueno dos. jack lemon acaba con shirley en la pelicula? has pensado en preguntar, donde tenia pensado llevarte, quizas ese sea el hombre de tu vida.
No hemos inventado nada, todas las historias de oficina se parecen y no todos los hombres son iguales.
A tu primera pregunta, Anónimo, no te contesto. Y es que si no has visto 'El apartamento', no sé a qué estas esperando.
¿Dónde pensaba llevarme cuándo? Imagino que el destino final sería mi cama, que la suya estará ocupada por su mujer. Aunque tras la comida ambos teníamos que regresar al trabajo. Y no, el hombre de mi vida, que dudo por otro lado que exista, sería soltero, viudo, separado, en proceso de divorcio, divorciado o mediopensionista; pero no casado, ya no estoy en edad para esos juegos.
Coño Dae... si es que los hay que tienen un morro... lo que no sabía es que te habias pasado al agua... osea que la judas la tendré que cambiar por un botellin de Fombella no?.... Ahhh gracias por hacerte seguidora de mi adefesio.... Besin casta y pura.... si eg que.... cuanto cuerpo desaprovechao jamia.....
No es que me haya pasado al agua, siempre he bebido agua con la comida. No puedo con el vino, será ignorancia o desconocimiento, pero no me gusta el vino. Eso sí una cervecita nunca renuncio.
Lo de cuerpo desaprovechao no creo que vaya por mí.
Hola Dae!
Gracias por pasarte por mi casa. Ayer estuve visitando la tuya que me gustó mogollón.
Como creo que vivimos en la misma ciudad, si alguna vez quieres practicar cocina juntas, aquí estoy para ayudar en lo que pueda.
Un saludo.
Yo, que soy discreta pero a la par me gusta andar a veces por la cuerda floja, me hubiera quedado a ver hasta dónde llegaban sus planes de "ocultamientos varios"....después me hubiera ido por patas igual, eso sí...
Pues si mi apreciada ave del paraíso.. lo del cuerpo iba a por ti... yo que soy gran aficionado a la astronomía.. aplico la famosa frase de la peli... que si en el universo estamos solos... "cuanto espacio desaprovechado"... pues en tu caso.. aplicado al cuerpo... ainssss.... Besucu...
Gracias a ti Conguito. Ya he fichado un par de recetas que he visto e intuyo más o menos asequibles. Y sí, compartimos ciudad y creo que hasta trabajo ;).
Cactus, yo llegué a ser equilibrista y a lo mejor si me hubiese pillado entonces tal vez me hubisese dejado llevar caminando por la cuerda floja. Pero a día de hoy no tengo la menor intención de correr el riesgo de caerme y que debajo no haya una red.
Fíjese usted Luis, me han llamado muchas cosas (algunas hasta buenas), pero ave del paraíso, nunca, y me encanta ;).
Coincido con usted, estimada dedalusitana: A mi tampoco me gustan los hombres casados.
Aunque se depilen
besote
Vamos a mirar el vaso medio lleno. Al menos advirtió de su condición antes de empezar a comer...
¡Algunos hay que darles de comer aparte!
Un saludo
Se me ocurre con ese escenario una escena de comedia en la que la dama contesta algo como "¿Discretos? ¿Estamos follando y yo no me había dado cuenta?"
En fin. Bien hecho. Como dice la preciosa Fran Kubelik, "si sales con un casado no deberías usar rímmel".
Chica discreta, con aplomo y decisión. Seguro que ahora ya ni te lo cruzarás por las escaleras. Menudo batacazo para el ego del hombre sin memoria.
Me encantó tu reacción! Y admiro la decisión, el poder y el coraje de levantarte... De verdad... Algunas de las mujeres que me rodean están con hombres casados, yo las entiendo, comprendo y escucho, pero cuando hablas de la red no tengo más remedio que acordarme de la que a mí no me sujetó. Y francamente ahora intento caer sobre algodón cada vez que puedo
Estimado Tordon, a mí tampoco me gustan los hombres que se depilan, aunque no estén casados.
P.D. Paradójicamente tampoco me gustan los hombres de excesivo 'pelo en pecho'.
Es de agradecer Conguito, ya dicen que el que avisa no es traidor. Lo que yo no acabo de entender es por qué él presuponía que yo debía saber. Será que soy pelín despistada y dispersa, pero no creo recordar que luciera alianza y que jamás en ninguna conversación mantenida u oída aludiera a la familia. Algo totalmente habitual en las conversaciones laborales mantenidas con cualquiera que esté casado, emparejado o con hijos.
Eso me lo repetí muchas veces K... y me quedé con el rímmel, nunca salgo a la calle sin él.
No Paciente, me lo encuentro prácticamente todos los días. Más por obligación que por devoción.
Es que yo no quiero riesgos, ni desafíos, ni adrenalina, ni cuerdas flojas, ni saltar y caerme aunque me caiga entre algodones, no quiero hacer equilibrios. No, ya no... eso ahora les toca a otr@s. Yo ya (mal)gasté mi cuota de desafío extremo.
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