viernes, septiembre 25, 2009

De vergüenzas ajenas

Se publica una noticia “curiosa” hoy en el periódico “El Mundo” en referencia al tan traído y llevado viaje de Zapatero (y familia) a los States. No recuerdo el titular exacto en estos momentos, pereza me da buscarlo, pero viene a decir algo así como: La foto que ZP no quiere que se publique.

Parece ser que una foto que iba a ser distribuida por la agencia Efe, de las hijas de Zapatero y Sonsoles escuchando atentamente a Obama en la ONU fue “retenida” o puesta fuera de circulación en aras de preservar la intimidad de las menores. De todos es sabido que el matrimonio Zapatero Espinosa ha tratado siempre de mantener a sus hijas al margen de cualquier exposición pública y hasta donde yo recuerdo, con relativo éxito. A un lado dejo el tema de la incongruencia que supone por tanto que lleve a la familia de viaje oficial a los EEUU, aunque con agenda privada, según matizaban los noticieros, y obvio las críticas que desde ciertos sectores se le han hecho acusando de usar fondos públicos para pagar las “vacaciones” a la familia. En todo caso supongo que serán cosas del protocolo de allí y que una foto con el matrimonio Obama (me declaro fan de Michelle Obama aquí y ahora) no tiene precio, para todo lo demás ya tenemos a la Vicepresidenta de la Vogue (por la que también declaro mi admiración). Ya saben, todo ese rollo de la Primera Dama y demás (a alguna, como a Ana Botella, pretendida aspirante a tan honorable puesto, se le olvidó que ya estaba ocupado).

El asunto no daría para mucho más, al menos no para mí, sino fuera porque El Mundo, me atrevería a decir que con aviesas intenciones, ilustra el artículo no con esa foto, que nadie ha visto y nadie verá, sino con otra que parece ser ha sido publicada en la página web de la Casa Blanca, a modo de fotografía oficial.

En la foto aparecen Barak y Michelle, Sónsoles y José Luis y las hijas de estos últimos. La pregunta que queda en el aire sería por qué no aparecen las hijas de los Obama saliendo las niñas de Zapatero, aunque a la vista de las fotos no sean tan niñas, sino un par de adolescentes góticas a modo de trasunto de las hermanas Llanos en los inicios de Dover.

De un tiempo a esta parte cuando una le quiere tomar el pulso a ésta, nuestra sociedad, suele pasar de leer las noticias e irse a los comentarios de los lectores directamente. Suelen ser absolutamente deliciosos y terrenales, facciosos y llenos de descalificaciones e insultos, intolerantes y en algunos casos impagables. Parto de la idea de que gran parte de los lectores acérrimos de El Mundo son igualmente acérrimos opositores al actual presidente que nos ha tocado en suerte y que en el amor y en la guerra (política) todo vale.

La foto, siendo sinceros, es cuando menos curiosa, pero que en estos tiempos en que tanto se propaga, se defiende y se preserva la intimidad de los menores (y menores en este país a día de hoy son los que no han cumplido los 18 años) no deja de ser incongruente que una buena parte de los lectores de esa noticia (incluyendo algunos de mis compañeros de trabajo) hayan encontrado en ella un motivo de escarnio y humillación hacia dos adolescentes que el único delito que han cometido es vestir como les ha dado la gana (y quién no lo ha hecho y lo hace) y no ser, aparentemente, agraciadas físicamente. Vergüenza de país que da un paso hacia delante y tres hacia atrás.

2 perdidos en el laberinto:

Anónimo dijo...

Te sigo desde hace algún tiempo. Me gusta mucho tu forma de escribir. Comparto tu opinión sobre la la foto, al parecer el nuevo entretenimiento de este pais es reirse de un par de adolescentes por su aspecto físico. Si diéramos marcha atrás aprovecharía para reirme un poco de los pijillos niños de papá que se casaban en el Escorial, cuyos polos rosas de cuellos subidos y melenitas peinadas de lado al más puro estilo colegio Meres resultaban bastante más vergonzosos que la foto de moda.

Tibor dijo...

Me parece aberrante que el diario El Mundo sea capaz de publicar la foto de unas menores para las que además su padre, sea quien sea, ha solicitado la privacidad a la que tiene derecho.
¿Por qué el citado diario no nos deleita con aquellas fotos en las que su director era ensartado con un grueso vibrador por una imponente negra mientras solicitaba, con esa característica vocecilla pedrojotesca, una ducha amarilla para su ya entonces incipiente calva?
Desde luego por parte del periódico sería una muestra de llevar a cabo el lema de su director "ningún personaje público tiene vida privada".

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