Dressed up

Nunca falta alguien que me diga eso de "nena, tú has visto muchas películas" (el "nena" es opcional). Probablemente sea cierto, pero pelis de las buenas, de las de antes, de ésas en b/n y diálogos inolvidables ("¿Haces todo esto sólo por conseguir un papel?", "Haría esto y mucho más"); y claro, una a veces siente la tentación de vivir en una película o cuando menos revivir alguna escena que recuerde a alguna de ellas, y como el Sabina emulando al Pirata Cojo yo me pido emborracharme como Ninotchka, subirme a un tejado de zinc caliente o ser la mujer del año aunque mis quimeras estén hechas del material con el que se fabrican los sueños.

Desgraciadamente mis partenaires nunca suelen estar a la altura y es harto improbable la resurección de Steve McQueen así que tengo que conformarme con películas de escaso presupuesto y atrezzo de serie Z, diálogos improbables y un director a lo Jess Franco (que evidentemente no es John Cassavetes, que creo que me iría más, ni falta que le hace por otro lado) y acabo protagonizando absurdos melodramas sin final.